El estudio de ADN, la clave para resolver el asesinato de la niñera
El misterio que rodea a la muerte de Ayelén Roldán, la niñera embarazada que fue estrangulada en su casa de la localidad de Glew, podría develarse en los próximas días con los resultados de los estudios comparativos de ADN.
Si bien los detectives sospechan del matrimonio que vive en la casa donde fue hallado el cuerpo de la joven de 19 años, no abandonan otras líneas de investigación, como la que apunta a la pareja de la víctima.
Los tres principales sospechosos aceptaron someterse a un estudio que compara sus muestras genéticas con el material hallado en la escena del crimen. Esa práctica, que se conocerá en los próximos días, será clave para deteminar si alguno de ellos participó del homicidio de Ayelén.
Para los pesquisas no es descabellada la teoría que indica que la niñera pudo haber sido asesinada en medio de un juego sexual. De hecho, los padres de los cinco niños que cuidaba la víctima admitieron que mantuvieron relaciones con Ayelén a las 8 de la noche del lunes pasado.
El otro hombre que participó de la fiesta sexual reconoció en las últimas horas que estuvo con la víctima pero contradijo a la pareja al afirmar que mantuvo relaciones con ellos entre las 2 y las 3 de la madrugada del martes.
Según la operación de autopisa, la niñera fue estrangulada con una soga. En el informe preliminar se detalla que presentaba lesiones de defensa en el nudillo. Para los investigadores la mecánica del crimen es compatible con un juego sexual. Además, deslizaron la posibilidad de que la víctima haya sido vestida después del crimn.
Ayelén Roldán, embarazada de cinco meses, fue encontrada estrangulada a las 5 del martes, en una vivienda de la localidad de Glew, por la pareja que le había dejado el cuidado de sus hijos el lunes por la noche, mientras iban a buscar a otra persona para participar de un encuentro sexual.
Al momento del hallazgo, la chica estaba tirada en el piso del living, mientras que los niños fueron hallados ilesos. Al parecer, no escucharon gritos de la víctima ni del asesino porque estaban durmiendo.
Sin embargo, la fiscal que investiga el caso planea tomarle declaración en una Cámara Gesell para corroborar esta versión y descartar que los chicos hayan sido influenciados por sus padres para no comprometerlos con el homicidio.