Manejo que duplica los kilos de carne
Según un estudio de la UBA, en Cuenca del Salado el pastoreo en pastizales naturales puede elevar 100% la producción con altos márgenes y bajo nivel de gases de efecto invernadero.
Una investigación de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) en la Depresión del Salado, Buenos Aires, mostró que haciendo un uso racional de los pastizales y con mínimos subsidios energéticos se puede producir el doble de carne por hectárea, mejorar la fertilidad del suelo, lograr altos rendimientos económicos y, contrariamente a la bibliografía en el tema, bajar la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera.
“Analicé las consecuencias de la intensificación ganadera en la Cuenca del Salado y los beneficios de implementar un sistema de manejo adaptativo del pastoreo, que consiste en separar la superficie forrajera en diferentes ambientes para luego manejarlos según los requerimientos de las especies vegetales más importantes en cada uno, casi sin aportes de energía fósil. Mis resultados mostraron que la producción de carne puede pasar de 100 a 200 kg/ha sólo usando el ingenio,
“La producción de carne puede pasar de 100 a 200 kg/ha sólo usando el ingenio”
e incluso mejorando el balance de GEI”, sostuvo Elizabeth Jacobo, docente de la materia Agroecología y de la cátedra de Forrajicultura de la FAUBA. “Una forma que las instituciones proponen para reducir la emisión de GEI y mitigar el calentamiento global es intensificar la producción ganadera. Pero sólo se mira una pata del problema, las emisiones, y se deja de lado la fijación de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Si bien es verdad que los animales liberan menos metano y óxido nitroso en sistemas a base de pasturas implantadas y maíz, los pastizales naturales pueden fijar cantidades muy grandes de dióxido de carbono en el suelo”, dijo Elizabeth. La clave está en realizar un balance entre la emisión y la fijación de GEI en ambos sistemas: “En los sistemas de pastoreo adaptativo bien manejados, haciendo un uso racional de los pastizales naturales, los suelos pueden captar hasta 1 tonelada de carbono por año. Esto da un balance negativo de GEI en la atmósfera, algo inédito en la bibliografía hasta el momento”.
Jacobo destacó que este valor de fijación, que estimó con la metodología del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), es coherente con los registrados en otros ecosistemas naturales templado-húmedos de Europa. “El manejo adecuado del pastoreo hace que las especies de pastos se mantengan vigorosas y que la cobertura del suelo sea alta, y esto genera un aporte permanente de carbono al suelo a través de las raíces. “Bien usados, los sistemas naturales muy productivos y eficientes; me refiero a la relación entre la velocidad a la que se consume la energía fósil y cuánta de ella termina contenida en el producto animal. Lo novedoso de mi trabajo son los valores a los que se puede aumentar la producción de carne aportando muy poca energía. Sólo manejando el pastoreo y haciendo un pequeño reemplazo del pastizal en los suelos buenos se pueden alcanzar valores de hasta 200 ó 210 kg de carne/ha”, explicó Jacobo.
La docente señaló que las conclusiones de su trabajo son válidas para las sub-regiones más importantes de la Depresión del Salado, donde el pastizal natural cubre aún el 80% de la superficie.
En este sentido, agregó: “Esta es un área clave para el país. Ecológicamente, abarca el pastizal templado-húmedo menos transformado del país; económicamente, posee el 20% de todo nuestro stock ganadero, y en términos sociales incluye un 47% de pequeños y medianos productores, con menos de 250 vacas”.