El caso: un edificio y comision millonaria
La causa por la que deberá declarar en indagatoria la jefa de los fiscales, Alejandra Gils Carbó, comenzó con un sobre anónimo que llegó a una fiscalía. Ahí se denunciaba que el ex marido de la Procuradora, Héctor Alonso, había estado detrás de la polémica compra del edificio de la calle Perón. Ya hay un pedido de nulidad de uno de los imputados en el expediente, precisamente, por cómo se originó la investigación, indicaron a PERFIL fuentes judiciales. La versión sobre la vinculación del ex marido de Gils Carbó no se acreditó. Pero al investigar el fiscal Eduardo Taiano descubrió que que el funcionario a cargo de la licitación, Guillermo Bellingi, era medio hermano de un asesor de seguros que, como en un juego de cajas chinas, estaba vinculado a una inmobiliaria que, a su vez, asesoró a la empresa que vendió el inmueble. El edificio costó $43.850.000. La firma Arfinsa –del Grupo Bemberg–, dueña del inmueble, le pagó una comisión de $7.700.000 a Jaureguiberry Asesores Inmobiliarios por asesoramiento. Para el fiscal, es desproporcionada. Y a su vez, la dueña de esa firma, Bárbara Jaureguiberry, le entregó 3 millones a Juan Carlos Thill, medio hermano de Bellingi. Todos fueron llamados a indagatoria.
Para el juez Ercolini, existen motivos para sospechar que Gils Carbó y Bellingi, “violando los deberes a su cargo, diagramaron un complejo entramado” para simular una licitación. La forma en que “fuera pergeñada y llevada a cabo la maniobra permiten presumir la existencia de ofrecimientos y acuerdos previos para que, a cambio de dinero o de alguna otra dádiva, emitieran las disposiciones necesarias” y se concretara la operación.