Sólo con manejo se puede crecer 10% en el rinde de maíz por año
Monsanto lanzó ‘Prescripciones Dekalb’ una tecnología que permite optimizar el rinde de maíz por un mejor conocimiento del lote en el que se va a sembrar. La 4ª revolución del campo.
Históricamente, el rinde del maíz (y del resto de los cultivos) ha sido el resultado de la mejor combinación de los híbridos con el ambiente y las prácticas agronómicas implentadas, entendiendo en este caso la densidad de siembra o la fecha de siembra, entre otras variables. “Hoy se suma la ciencia de los datos, que a través de Prescripciones permitirá sembrar maíz con un grado de precisión como nunca antes”, adelantó con muy buenas expectativas Juan Moreno, el Leader de Negocio de Maíz Monsanto. Así pareciera que la agricultura moderna y la aplicación del uso de datos en la producción a campo son la clave para generar un salto tecnológico en los rendimientos y mejorar la competitividad del cultivo de maíz en la Argentina.
“Hace mucho tiempo que tengo la impresión de que la agronomía no ha estado a la altura de los desarrollos que la tecnologia en las maquinaria ha venido proponiendo, es decir que venía rezagada. Con soluciones integrales que ayuden a leer el ambiente en el que se van a implantar los híbridos comienza a cambiar la tendencia”, explico el ingeniero Pablo Talano, Leader de Soluciones Agronómicas Integradas, que también participó esta semana del lanzamiento de Prescripciones en Buenos Aires. A grandes rasgos, puede decirse que estas prescripciones implican una lectura “al dedillo” de cada lote basandose en el análisis de millones de datos (o apoyándose en el Big Data, mejor dicho).
El concepto Dekalb lo empezó a trabajar hace 5 años y hace 3 que tienen ensayos a campo con productores. “Básicamente esta herramienta aumenta la competiividad del cultivo de maíz para que el productor lo elija”, dijo Juan Moreno.
“Para la Argentina, Prescripciones implica una solución integrada que ayudará a disminuir la brecha de rendimiento entre el promedio obtenido por el productor y el alcanzable en base a sus recursos disponibles”, explicó Talano que fue el técnico que más estuvo trabajando a campo con la herramienta. Y agregó: “Esta brecha de aproximadamente 41% puede reducirse si aplicamos las prácticas de manejo y las tecnologías disponibles de manera correcta para cada ambiente productivo. Si la mejora genética es del 1,2% anual, la posibilidad de aumentar un 6-10% los rindes en una sola campaña (dato basado en resultados obtenidos en 5 años de ensayos en más de 18.000 has), nos permitirá acortar 6 años en 1, contribuyendo así a reducir la brecha productiva y a incrementar la competitividad del cultivo de maíz”.
Esta iniciativa 100% argentina consistió primero en entender cada hibrido de la marca en sus respuestas a las prácticas de manejo por ambiente, analizando cada ambiente a través de 35 capas georreferenciadas de suelo, relieve, imágenes de satélites, mapas de rendimiento, etc; en una escala de 10m x 10m.