Responsabilidad activa para el bien común
Mensaje del Papa Francisco al congreso internacional «Laudato si’ y grandes ciudades»
Agua potable, calidad del aire, recolección y eliminación de basura: estos son los temas principales del congreso «Laudato Si’ y las grandes ciudades» celebrada en Río de Janeiro, del 13 al 15 de julio. Previamente se celebró en Barcelona y en Roma en 2014 la Reunión Internacional sobre la Pastoral de las grandes ciudades. En la encíclica el Papa Francisco hace referencia a varias necesidades físicas que tiene el hombre de hoy en las grandes ciudades y que necesitan ser afrontadas con respeto, responsabilidad y relación. Son tres «R» que ayudan a interactuar de forma conjunta ante los imperativos más esenciales de nuestra convivencia. Así lo recuerda el mismo Pontífice en el mensaje que ha enviado al cardenal Lluís Martínez Sistach, con ocasión de dicho congreso. De este modo, indica que el respeto «es la actitud fundamental que el hombre ha de tener con la creación» que hemos recibido como un «don pre- cioso» y «debemos esforzarnos para que las generaciones futuras puedan seguir admirándola y disfrutándola». Por eso, afirma que «es un deber de todos crear en la sociedad una conciencia de respeto por nuestro entorno; esto nos beneficia a nosotros y a las generaciones futuras».
En segundo lugar, el Pontífice señala que la responsabilidad ante la creación «es el modo con el que debemos interactuar con ella y constituye una de nuestras tareas primordiales». Asimismo, advierte que no podemos quedarnos con los brazos cruzados, «cuando advertimos una grave disminución de la calidad del aire o el aumento de la producción de residuos que no son adecuadamente tratados». Estas realidades —asevera Francisco— son consecuencia de una forma irresponsable de manipular la creación y nos llaman a ejercer una responsabilidad activa para el bien de todos. Y al respecto asegura que cada territorio y gobierno debería incentivar modos de actuar res- ponsables en sus ciudadanos para que «puedan interactuar y favorecer la creación de una casa más habitable y más saludable».
Finalmente, el Papa Francisco afirma que en las grandes ciudades, como también en las zonas rurales, se observa una creciente falta de relación. Con independencia de la causa que lo produce, «el flujo constante de personas genera una sociedad más plural, multicultural, que es un bien, produce riqueza y crecimiento social y personal». Pero también hace que esta sociedad «sea cada vez más cerrada y desconfiada». La falta de raíces y el aislamiento de algunas personas —lamenta el Pontífice— son formas de pobreza, que pueden degenerar en guetos y originar violencia e injusticia. Y así, subraya la importante de que la sociedad trabaje conjuntamente en ámbito político, educativo y religioso «para crear relaciones humanas más cálidas, que rompan los muros que aíslan y marginan».