EN FLORIDA Y LA OCTAVA
Dos calles de un pequeño barrio al noroeste de la capital de Estados Unidos albergan la mayor población afroamericana del D.C. Ya son un epicentro cultural digno de verse.
North Shaw se proyecta como uno de los paisajes urbanos más vibrantes de Washington D.C. Antes un cinturón de 6 hectáreas con calles arenosas, playas de estacionamiento, edificios vacíos y portones cerrados con cadenas, es ahora el más flamante hub de creatividad en la capital de Estados Unidos. En estas noches cálidas, la gente se aglomera en la intersección de la Avenida Florida y la calle 8 Noroeste. Exactamente allí, donde solían verse a Malcolm X y Martin Luther King, en donde florece la mayor población afroamericana de la capital del país, las huelgas y reclamos dieron paso a restaurantes con mesas al aire libre y mucha creatividad. Chrome Industries, el sobresaliente local de ropa de trabajo y prendas para ciclistas de San Francisco abrió hace un año. En el momento diseñan y cosen bolsas personalizadas y, mientras terminan la suya, puede comprar medias, gorras, camperas a prueba de agua o rompe-vientos, camisas, shorts y bermudas para completar su kit de ciclista. Otra curiosidad es Kyirisan, el restaurant de Tim y Joey Ma, que ofrece comida fusión chino francesa con entradas “sobre tierra, de la tierra o bajo el agua”, que podrían acompañarse con un cocktail “Si no se rompe...”. Otro toque de sofisticación aporta el local de Theresa Watts, que lleva el nombre de su abuela de Virginia. Todo blanco, de techos altos y con pisos de cemento color azafrán, exhibe prendas “´sirvase usted mismo” de diseñadores locales emergentes. Un washingtoniano de 29 años estampó su propio nombre en el local de ropa masculina contiguo, que se especializa en trajes, camisas y pantalones. Para hacer más tentadora la oferta, mientras está en el probador, algún empleado le ofrecerá un whiskey de su propio stock. Finalmente, luego de décadas de una muestra nómade por las calles, la organización contemporánea sin fines de lucro, Washington Project for the Arts, tiene domicilio fijo en un importante salón de 5, 6 km2, con una fachada de paredes enteramente vidriadas, todo puede incluso verse desde la calle, una invitación a penetrar el mundo de pintores, fotógrafos e incluso artistas militantes, como fue el caso de la muestra Sheldon for D.C, que alentaba a favor de la candidatura del Primer Ministro de Cultura.
Una invitación al mundo de pintores, fotógrafos y artistas miliantes