Candela: pactos, silencios y siempre la Bonaerense
“Ahora sí, no la van a ver más”. La llamada extorsiva realizada desde un teléfono público ubicado en un corredor de la estación Retiro anunciaba el homicidio y fue, para los fiscales del juicio por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la clave que demuestra “un pacto de silencio entre la familia y el comité de crisis” sobre “negociaciones clandestinas” para lograr la liberación de la menor.
El comité de crisis estaba encabezado por el entonces ministro de Seguridad y Justicia, Ricardo Casal ,y la plana mayor de la Bonaerense, entre ellos el ex jefe Juan Carlos Paggi.
Fuentes judiciales indicaron a PERFIL que Leonardo Jara fue quien realizó el llamado alrededor de las 22.40 del 29 de agosto de 2012 , según determinaron una pericia de Gen- darmería realizada durante la etapa de instrucción y otra del Conicet, durante el juicio. Para los fiscales Mario Ferrario, A ntonio Ferreras y Pablo Galarza, la llamada fue la última pero no la única que los secuestradores realizaron durante el cautiverio. “Cuando dice: ‘Decile a la conchuda esa que el ma- rido diga dónde tiene la plata escondida’, se refiere a Carola Labrador, reconoce que la mujer que atiende no es la voz de la mamá de Candela. No era la primera vez que llamaba a ese número”, indicaron.
Por otro lado, el “ahora sí” denota que hubo otros llamados advirtiendo sobre el final de la nena si la familia no entregaba el dinero. La hipótesis de la fiscalía gira en torno a un secuestro extorsivo vinculado a la actividad delictiva del padre de Candela.
En los alegatos del jueves pasado, los integrantes del Ministerio Público Fiscal explicaron que Candela fue asesinada entre las 20.30 del 29 de agosto y la misma hora del día siguiente, un horario que sugiere que Jara sabía que la muerte ya se había producido cuando realizó la llamada. Por esa razón lo consideran coautor del homicidio y pidieron reclusión perpetua, al igual que Hugo Bermúdez, el presunto ejecutor.
Otro punto sobre la actua- ción de la Bonaerense en la investigación fue la llamativa demora en llegar a San Martín, donde Candela habría estado retenida hasta que fue trasladada a la casa de la calle Kirnam, en la que permaneció unas horas para ser entregada a Bermúdez.
Cerca de las 5 de la tarde del 22 de agosto, el día que desapareció Candela, el Nextel que llevaba fue captado por una antena cercana a La Finita, un asentamiento entre la villa 9 de Julio y Costa Esperanza.
El informe de la empresa llegó al expediente el 28 de agosto, un trámite que normalmente demora entre 24 y 48 horas. Los fiscales no pudieron determinar quién o quiénes tomaron la decisión de retrasar la irrupción de la Policía de la Provincia en San Martín, pero no dudan que tuvo un propósito. Se investiga si los agentes judiciales que intervinieron “dejaron hacer, si cometieron desidia o si tuvieron confianza ciega en la policía”, señalaron.