Movimiento para los más chicos
Tres obras de danza para público infantil: El niño y los sortilegios, de Oscar Araiz; Mundodanza, de Laura Falcoff; y Saltimbanquis, con coreografía de Verónica Pecollo. CARLOS FURMAN
Ir a ver danza con los niños en vacaciones de invierno? ¿Por qué no? Frente a otras propuestas de arte y entretenimiento, el Complejo Teatral de Buenos Aires ofrece espectáculos donde la danza se destaca. Porque los niños no sólo disfrutan con gigantescos monigotes derivados de la televisión, sino también con la abstracción, el lirismo y los diseños de movimiento.
De martes a domingo a las 15.30 en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530), el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín ofrece El niño y los sortilegios. Se trata de la coreografía que Oscar Araiz había creado sobre la obra homónima de Maurice Ravel, para el Ballet del Grand Théâtre, en Ginebra, Suiza, en 1989, y que ya se había visto en 1995 por la misma compañía porteña. El protagonista de esta danza, que tiene elementos narrativos y que lleva vestuario de Renata Schussheim, es un niño en el que Araiz ve una metáfora del hombre moderno: “Se confrontan los propios sentimientos destructivos frente a su liberación, su represión o encauzamiento positivo, a través de la escucha y valoración del otro, sea éste la representación de la naturaleza, la cultura, la belleza, la literatura o el arte. Es el principio de la civilidad, que tanto nos cuesta. Un trasfondo moral”. Para estimular a que las familias se acerquen a la propuesta, admite: “En un terreno competitivo, comprendo que la elección dependerá de la importancia asignada a los valores recién mencionados. En este espectáculo, armonizan la música, el vestuario, la espectacular escenografía de Ro mina Del Prete, efectos visuales con mapping de Nahuel Sauza y el talento expresivo y técnico del Ballet Contemporáneo”.
Otra obra que ya probó su efectividad frente al público más pequeño y más exigente es Mundodanza: se ve en el Teatro Sarmiento (Av. Sarmiento 2715), de martes a domingos a las 15. Creada por la periodista y coreógrafa Laura Falcoff, desde su estreno en 2013, pasó por la Usina del Arte, por teatros de Resistencia, Chaco, y por varias salas independientes. Este proyecto independiente con música de Mozart, Paganini, folclore irlandés y escocés, y del compositor argentino Nicolás Villamil, es sostenido por seis bailarines, bajo la g uía de Falcoff, quien explica: “Cada escena tiene una carácter distinto: un trío de varones y un sexteto que son un puro disparate, un trío de chicas muy lírico, un dúo de chica y varón más romántico… El humor recorre la obra casi en su totalidad. Quise dejar de lado todo cliché infantilista; me guié por el conocimiento de los mecanismos que atraen a los chicos: la repetición con variaciones, la idea de rompecabezas, elementos sorpresa después de una cierta estabilidad. Chicos de cualquier edad –nenas y varones– miran muy concentrados, se ríen mucho y salen bailando. Suele darse a los chicos más de lo mismo, a veces por inercia. Cuando aparece algo distinto con humor pero de un cierto nivel poético, ellos pueden, aun sin ponerlo en palabras, ver la diferencia y disfrutarla”.