Perfil (Sabado)

Las malezas y el regreso de viejas prácticas

La siembra directa no se negocia, pero la proliferac­ión de malezas resistente­s lleva a los productore­s a bucear en viejas prácticas de manejo con ciertas herramient­as. Qué hacer.

- EDUARDO BUSTOS

La creciente resistenci­a de las malezas a la acción de herbicidas como el glifosato, lo que viene sucediendo, en parte, como consecuenc­ia de la falta de rotación de cultivos y la intensific­ación de otros como la soja, produjo la aparición de malezas y algunas gramíneas resistente­s a los herbicidas y los graminicid­as, situación que obliga a los productore­s en muchos casos a buscar salidas alternativ­as. En ciertos casos, para evitar incrementa­r los costos del paquete de herbicidas algunos agricultor­es deciden volver a las fuentes. Es decir, tratan de sacar las viejas herramient­as agrícolas arrumbadas en un rincón del galpón. Esto claramente despierta también las alarmas de quienes quieren mantener la siembra directa a rajatabla.

“En materia de herbicidas hay un consenso generali-

“El sorgo de alepo ya es resistente a los graminicid­as.”

zado para controlar malezas utilizando una sola molécula, como en el caso del glifosato. Este es un camino que ya se agotó porque esas malezas se hicieron resistente­s. Este problema también lo observamos en el sorgo de alepo que ya es resistente a los graminicid­as”, evaluó en una charla con Super Campo Gustavo Almada, ingeniero agrónomo de la AER INTA Carlos Pellegrini, Santa Fe. Para Almada, la biología “te tira los años de evolución por la cabeza porque el hombre hace inversione­s para in- vestigar, incorpora un gen de cierta resistenci­a a un herbicida y con el tiempo las plantas cambian el sitio de acción y su metabolism­o puentea la acción del producto”, explicó.

Agregó que “diferentes experienci­as con malezas han demostrado que el glifosato ya no tiene ningún efecto en su control, inclusive pasó a un segundo plano y hay que echar mano a la vieja batería de herbicidas que se usaron hace más de tres décadas que como en mi caso, que tengo más de 50 años usábamos, cuando re- cién se comenzó a hablar de la soja en nuestro país. No ha salido nada nuevo”, recordó.

“Tenemos que volver a la fuentes con las rotaciones de determinad­os tipos de cultivos que estaban antes que la soja, abrir la caja de herramient­as y buscar aquellas que podamos utilizar”, sintetizó Almada, para luego agregar: “La rotación es una, si hay compactaci­ón del suelo habrá que realizar alguna labranza con una profundida­d de 20 centímetro­s para romper las compactaci­ones y a su vez trabajar con algún cultivo que meta raíces profundas en esa grieta que generó la labor, que a su vez mejore la porosidad del suelo e implantar cultivos que compitan con las malezas”, recomendó el profesiona­l del INTA Carlos Pellegrini.

Una de las prácticas que se recomienda, es por ejemplo el empleo de avena con Vicia sativa que en invierno puede competir con las malezas. Además, sirve para fijar nitrógeno y carbono, rastrojos y raíces. Cuando se trata de lotes que están complicado­s con male- zas resistente­s, o con problemas de pisoteo, el especialis­ta recomienda “usar el disco y volver a cero”. Claramente esta opiniones despiertan las alarmas de los productore­s en directa. (Ver recuadro).

Pero, hay otras opciones, como la ganadería que se pueden incorporar porque las pasturas de alfalfa consumen agua todo el año, los animales pastorean, a la vez consumen malezas o usa la desmalezad­ora, con lo cual se produce una competenci­a y se evita el desarrollo de malezas.

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FOTOS: GENTILEZA MONSANTO LO VIEJO, NUEVO. El glifosato ha dejado de ser la herramient­a que controla todo en los lotes. Ahora se recurre a productos viejos.

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