Las malezas y el regreso de viejas prácticas
La siembra directa no se negocia, pero la proliferación de malezas resistentes lleva a los productores a bucear en viejas prácticas de manejo con ciertas herramientas. Qué hacer.
La creciente resistencia de las malezas a la acción de herbicidas como el glifosato, lo que viene sucediendo, en parte, como consecuencia de la falta de rotación de cultivos y la intensificación de otros como la soja, produjo la aparición de malezas y algunas gramíneas resistentes a los herbicidas y los graminicidas, situación que obliga a los productores en muchos casos a buscar salidas alternativas. En ciertos casos, para evitar incrementar los costos del paquete de herbicidas algunos agricultores deciden volver a las fuentes. Es decir, tratan de sacar las viejas herramientas agrícolas arrumbadas en un rincón del galpón. Esto claramente despierta también las alarmas de quienes quieren mantener la siembra directa a rajatabla.
“En materia de herbicidas hay un consenso generali-
“El sorgo de alepo ya es resistente a los graminicidas.”
zado para controlar malezas utilizando una sola molécula, como en el caso del glifosato. Este es un camino que ya se agotó porque esas malezas se hicieron resistentes. Este problema también lo observamos en el sorgo de alepo que ya es resistente a los graminicidas”, evaluó en una charla con Super Campo Gustavo Almada, ingeniero agrónomo de la AER INTA Carlos Pellegrini, Santa Fe. Para Almada, la biología “te tira los años de evolución por la cabeza porque el hombre hace inversiones para in- vestigar, incorpora un gen de cierta resistencia a un herbicida y con el tiempo las plantas cambian el sitio de acción y su metabolismo puentea la acción del producto”, explicó.
Agregó que “diferentes experiencias con malezas han demostrado que el glifosato ya no tiene ningún efecto en su control, inclusive pasó a un segundo plano y hay que echar mano a la vieja batería de herbicidas que se usaron hace más de tres décadas que como en mi caso, que tengo más de 50 años usábamos, cuando re- cién se comenzó a hablar de la soja en nuestro país. No ha salido nada nuevo”, recordó.
“Tenemos que volver a la fuentes con las rotaciones de determinados tipos de cultivos que estaban antes que la soja, abrir la caja de herramientas y buscar aquellas que podamos utilizar”, sintetizó Almada, para luego agregar: “La rotación es una, si hay compactación del suelo habrá que realizar alguna labranza con una profundidad de 20 centímetros para romper las compactaciones y a su vez trabajar con algún cultivo que meta raíces profundas en esa grieta que generó la labor, que a su vez mejore la porosidad del suelo e implantar cultivos que compitan con las malezas”, recomendó el profesional del INTA Carlos Pellegrini.
Una de las prácticas que se recomienda, es por ejemplo el empleo de avena con Vicia sativa que en invierno puede competir con las malezas. Además, sirve para fijar nitrógeno y carbono, rastrojos y raíces. Cuando se trata de lotes que están complicados con male- zas resistentes, o con problemas de pisoteo, el especialista recomienda “usar el disco y volver a cero”. Claramente esta opiniones despiertan las alarmas de los productores en directa. (Ver recuadro).
Pero, hay otras opciones, como la ganadería que se pueden incorporar porque las pasturas de alfalfa consumen agua todo el año, los animales pastorean, a la vez consumen malezas o usa la desmalezadora, con lo cual se produce una competencia y se evita el desarrollo de malezas.