Ochenta años: única, nuestra, de todos
Hay una sola radio de la Argentina en la que Astor Piazzolla ganó un concurso que le permitió viajar a Francia y convertirse en una leyenda argentina. Y una sola, por cuyos estudios pasaron Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Atahualpa Yupanqui, Victoria Ocampo, María Elena Walsh y Tita Merello. Y en la que todavía se puede escuchar el registro inimitable de Héctor Larrea y de Bobby Flores, juntos, intercambiando música y anécdotas. El tango y el rock. Los sonidos de nuestro tiempo.
Abundan las anécdotas en los pasillos de su historia. Como la del talentoso Alfredo Alcón, quien ingresó a la radio en 1951 elegido para leer el Informe agropecuario por su caudal de voz, aunque, claro, rápidamente se hizo un lugar en Las dos carátu
las, el radioteatro que aún sigue vigente en la grilla de la emisora.
Radio Nacional es una radio única. Cumplió 80 años el 6 de julio pasado y hoy se puede escuchar en toda la Argentina. Desde La Quiaca a Ushuaia y desde Las Lomitas, en Formosa, a Río Senguer en la Patagonia.
Sin embargo, cuando asumimos la responsabilidad de dirigirla en enero del 2016, nos sorprendió un dato básico: Radio Nacional no se escuchaba en todo el país, sino que cada una de las emisoras transmitía en dúplex el mismo contenido, un mismo programa local o un mismo listado de canciones por sus AM y FM. Esa desconexión, ese desaprovechamiento de los recursos, era contrario a la razón de ser de la radio: ser Nacional.
Hoy casi la totalidad de las emisoras están desdobladas. En las AM de cada localidad hay una programación bien local de cada distrito y la AM870 se transformó en la señal federal que, se replica en las FM de todo el país. Y, por primera vez en su historia, incluye programas diarios que se producen en las radios nacionales de Córdoba, Santa Fe o San Juan. Pueden escucharse tonadas y realidades bien diversas a través de los programas que se emiten desde Ushuaia, Zapala o Gualeguaychú. Y hasta desde la Antártida, en donde funciona LRA36, radio Ar- cángel San Gabriel.
Radio Nacional es federal en los hechos y no en las declamaciones discursivas. Su alcance es enorme y no existe consultora en la Argentina que pueda medir el impacto de esta red en cada una de sus localidades. En Ingeniero Jacobacci, en Río Mayo, en Jáchal o en Tartagal.
En cada uno de esos rincones bien nuestros, Radio Nacional es parte de la sociedad en la que está emplazada, es servicio.
Porque todavía hoy en muchas radios del país está vi- gente a cada hora el “mensaje al poblador”, por el cual aquéllos en zonas rurales y sin señal de celular, se comunican con su familia, o sus amigos, les avisan que lo esperan en la tranquera en dos horas, o que algún baqueano perdió parte del ganado y pide que “si lo ven que avisen a la emisora”.
En estos 18 meses de gestión, nos concentramos en recuperar el pluralismo del aire, esa condición básica de todo medio público. Basta con escuchar la programación de la radio: participan todas las voces y se entrevistan a los dirigentes de todos los colores políticos. En la grilla de la radio hay periodistas reconocidos por su trayectoria y por su profesionalismo.
Hay programas que reflejan la realidad de los diferentes sectores sociales. El que le da voz a los referentes de la educación; a los productores del campo; a los investigadores de nuestra historia o el que busca respuestas del Estado para los abuelos. También el programa infantil
¿Hay alguien ahí? y el espacio para concientizar sobre la violencia de género, una de las tragedias culturales de nuestro tiempo.
Hicimos y hacemos cursos de capacitación con todos los periodistas del país, vamos a emisoras a las que hacía décadas que no pisaba una autoridad nacional, acordamos con Google varios encuentros de actualización tecnológica para productores de las 49 radios. Generamos podcast, digitalizamos RAE (Radiodifusión Argentina al Exterior) y relanzamos la aplicación para que se puedan escuchar las 49 radios del país en el celular. Nos actualizamos.
Consideramos que es fundamental focalizar la tarea en la recuperación de la credibilidad de la radio pública. Es un camino arduo, que se construye cada día. Pero estamos convencidos de que es el camino que debemos transitar. Sobre todo después de los años en los que la radio del Estado fue utilizada como herramienta propagandística de un gobierno.
Radio Nacional cumplió 80 años, nada menos. Y estamos felices. La historia de la Argentina quedó plasmada en sus micrófonos y el futuro también nos va a encontrar allí. Escuchándonos, con respeto y tolerancia, que es la savia de la democracia. Porque Radio Nacional es única. Es nuestra. Es la radio de todos.