Volumen tres
La tercera generación del Fit ya está a la venta en Argentina. Continúa siendo un referente en términos de espacio y modularidad, pero adopta un diseño más moderno y deportivo. Por primera vez llega importado desde México, con una gama reducida.
Develado inicialmente en 2013, el Fit de tercera generación tardó en arribar a la Argentina. Desde que la producción de la pasada serie llegó a su fin en Brasil (durante 2014), diferentes retrasos hicieron que Honda no pudiera comercializarlo durante el último tiempo aquí. Desde aquel momento, dos posibles rivales arribaron a la Argentina, el primero fue el Nissan Note (a comienzos de 2015), y el segundo el Toyota Yaris (a fines de 2016). Con un aspecto más moderno y deportivo, el más pequeño de la oferta de Honda volvió. ¿Podrá recuperar el terreno perdido?
Virtudes intactas
Si bien mantiene los lineamientos clásicos que lo hicieran famoso, el nuevo Honda Fit ganó una figura más musculosa. Su aspecto fue rejuvenecido mediante una línea de cintura ascendente y quiebres marcados, que le dan personalidad. El conjunto termina siendo llamativo, y más con el color azul de la unidad de las fotos. El habitáculo conserva las dotes familiares, en un envase chico (mide poco más de cuatro metros), pero con techo elevado. Esa particularidad permite que cuatro adultos viajen cómodamente con espacio de sobra, y también puedan guardar sus pertenencias en el baúl, que ofrece loables 363 litros de capacidad. Como punto a mejorar, en su interior esconde una rueda de auxilio temporal. En lo que respecta al diseño, el panel central está orientado hacia el conductor, que tendrá ante su vista un instrumental claro, aunque con información algo escasa. También gozará de una postura al volante alta, típica de este tipo de carrocerías.
Contrapunto
No hay dudas de que el Fit ha sido un modelo exitoso, y esta generación que ya tiene varios años de permanencia en otros mercados también lo es. La complicación es que en Argentina el nuevo modelo llega con un único nivel de equipamiento full, que carece de valiosos sistemas de confort y seguridad, elementos que sí ofrecen algunos de sus competidores. Si bien tiene control de velocidad crucero, tapizados de símil cuero o climatizador automático, no cuenta con navegador satelital, pantalla táctil o arranque sin llave. Sin embargo, el conflicto mayor lo tiene en el aspecto de seguridad. Carece de control de estabilidad ESP, y sólo cuenta con dos airbags. Si bien entre el equipamiento podemos destacar los anclajes Isofix para sillas infantiles, y frenos con ABS, la dotación es escasa.
Nobleza mecánica
Si hay algo que las marcas japonesas ofrecen a sus clientes es la probada nobleza de sus mecánicas. En este caso, el nuevo Fit se beneficia por un motor moderno, que se mantiene en 1.5 litros (antes también existía un 1.4), con doble árbol de levas y dieciséis válvulas. Sin embargo, el bloque adoptó un nuevo sistema de inyección directa de combustible, que marca la diferencia para lograr 132 caballos de fuerza a 6.600 rpm. Como todo motor Honda, gira a muchas revoluciones, y eso se percibe en el habitáculo al presionar el pedal del acelerador, momento en el
que se torna algo rumoroso. Con esta mecánica y una transmisión de variador continuo (CVT) con siete marchas preseleccionadas, que se pueden pasar a través de levas tras el volante, las prestaciones obtenidas fueron muy buenas. Puede elogiarse también el consumo en ruta, aunque no tanto el citadino, donde no superó los 9 kilómetros por cada litro de nafta. Así y todo, el promedio de 15,5 km/l de consumo es muy bueno. Las suspensiones tienen un comportamiento agradable, típicamente familiar, mientras que la dirección con asistencia eléctrica se mostró muy directa, convirtiéndolo en un auto maniobrable con facilidad.
Para pensar
El renovado Fit llega con un precio de 395 mil pesos, en la única variante disponible. Respecto de sus competidores directos, se trata de un valor coherente a pesar de ser el de menor equipamiento de confort disponible. Sin embargo, por el mismo dinero se puede acceder a compactos del segmento B con mayor nivel de seguridad o confort, aunque obviamente no ofrecen el mismo nivel de espacio y modularidad que éste: un clásico para las familias.