Título original: Dunkirk Dirección y guión: Christopher Nolan Intérpretes: Harry Styles, Fionn Whitehead, Mark Rylance, Tom Hardy, Barry Keoghan y Kenneth Brannagh Origen: Inglaterra, Países Bajos, Francia, Estados Unidos (2017) Duración: 106’
Un hecho poco conocido de la Segunda Guerra Mundial, la llamada Operación Dínamo –cuando a fines de mayo de 1940 las tropas aliadas británicas quedaron varadas en la isla francesa de Dunkerque y a merced de los bombardeos de los aviones alemanes–, permitió al inglés Christopher Nolan (la trilogía de Batman, Interestelar, Memento) reencauzar su elogiada trayectoria por el camino de ese cine que recrea un contexto bélico casi despojado de efectos especiales y empleando cientos de extras y tomas realizadas en el lugar donde ocurrieron los hechos.
Hay aspectos llamativos que con inteligencia el realizador decidió esquivar, para dar prioridad a su objetivo: mostrar al ser humano expuesto ante su más absoluta supervivencia y enfrentado a ese vacío donde sólo el azar, o el destino, pueden dar una respuesta.
El guión muestra a franceses e ingleses acorralados por alemanes en esa isla. Una circunstancia fortuita se da: pequeñas embarcaciones inglesas lograron salvar la mayor cantidad de soldados aliados (de 400 mil, 300 mil pudieron escapar).
Lo cierto es que esta situación Nolan la atraviesa con una avidez inusitada y con un alto refinamiento narrativo. Su film es una declaración filosófica sobre la guerra, acá el guión no se ensaña ni con alemanes ni con franceses, pero no incluye contextos políticos-históricos claramente definidos. Sólo al final aparece un diario que habla de Churchill. Hasta ese instante, como en Interestelar, los saltos temporales, la circularidad de los hechos sincrónicos: los soldados a la buena de Dios en la playa, un avión inglés que tiene la misión de distraer al enemigo y lo que sucede en las embarcaciones son parte de un entramado que se fusiona con exactitud milimétrica con el acontecer de la vida de esos miles de soldados, en el que nadie parece ser un único protagonista, a pesar de que hay nombres conocidos. Rescatar la esencia del cine bélico sin artificios: ésa fue la misión de Nolan, y lo logró.