CANADA EN TREN
En 1885, Canadian Pacific Railway concluyó el megaproyecto que unía ambas costas del país con una red de 5.500 kilómetros de rieles. El trazado estaba escoltado por hoteles, hoy legendarios, que incentivarían el turismo. Algunos siguen en pie.
La empresa Via Rail trabaja varias rutas que en 1885 trazó la red ferroviaria que unía el este y el oeste del país. También hace paradas en hoteles de leyenda.
Canadá celebra este año el 150 aniversario de su fundación
Una mañana nublada de otoño, en algún lugar de los vastos bosques de las Montañas Rocosas canadienses. En el suelo lodoso están parados varios hombres barbudos vestidos con trajes y sombreros de copa negros. Uno de ellos, el banquero Donald A. Smith, agarra el martillo y clava el último clavo en el travesaño de madera. Listo. El ferrocarril transcontinental está terminado. Después de difíciles labores de construcción, los trabajadores de la Canadian Pacific Railway han terminado en el Eagle Pass el enlace entre Este y Oeste y, de esta manera, han completado la unidad del país. Es el año 1885. En Canadá casi no hay una escena histórica tan famosa como esa del último clavo. “El último clavo fue la hora de nacimiento de nuestra nación ya que llevó a los colonos en el Oeste al seno de la familia canadiense”, cuenta Roberto Garito, guía en el Banff Springs Hotel. El hotel, en el parque nacional Banff, está situado a sólo unos cientos de metros del lugar donde se hincó el último clavo y es considerado como el más famoso de varios hoteles ferroviarios con los que la Canadian Pacific Railway quería atraer al país, después de terminar el ferrocarril transcanadiense, a nuevos colonos y turistas. Las excursiones guiadas de Garito tienen mucha demanda ya que Canadá celebra este año el 150 aniversario de su fundación, y los legendarios hoteles ferroviarios, como el Banff Springs, encarnan la historia del país como pocos monumentos. Los gerentes de la compañía de ferrocarriles mandaron construir más de una docena de chalets, resorts u hoteles entre el Atlántico y el Pacífico para hacer realidad la visión de una nación que se extiende de costa a costa. Algunos hoteles fueron cerrados pero muchos quedan en pie y son considerados todavía hoy íconos de Canadá. En la ciudad de Québec, en el este de Canadá, los primeros pasajeros transcanadienses facturaron su equipaje en el majestuoso Chateau Frontenac antes de iniciar su viaje de 5.500 kilómetros en tren a través del continente. El hotel, inaugurado en 1893, se alza hasta el día de hoy
como una fortaleza sobre el centro histórico de Québec, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Los empleados del hotel se vanaglorian de los muchos huéspedes prominentes que se alojaron aquí. “Aquí está lleno de vips”, dice el guía turístico David Mendel. En 1943, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt coordinaron bajo el icónico techo verde del hotel sus estrategias en la Segunda Guerra Mundial. Aquí pernoctaron alguna vez Alfred Hitchcock y Paul McCartney. Después de un viaje de cuatro días en los vagones salón revestidos de madera de la Canadian Pacific Railway, los pasajeros terminan llegando vía Toronto, Winnipeg y Calgary al otro lado del continente, en el Pacífico. Actualmente, la sociedad Via Rail opera con su tren The Canadian el trayecto hasta Vancouver, si bien por una ruta que discurre más hacia el Norte, por Edmonton y Jasper. Una vez en Vancouver, los pasajeros solían ser recibidos por hombres como David Reid, quien trabaja como conserje en el Hotel Vancouver, el más antiguo de la Canadian Pacific Railway en Canadá. El hotel se inauguró en 1887 y, después de varias mudanzas, hoy aloja a sus huéspedes en el centro de la ciudad, frente a la Vancouver Art Gallery. “El Hotel Vancouver es tan consustancial a la identidad de la ciudad como Chinatown o Stanley Park, y contribuyó al ascenso de Vancouver”, explica Reid mientras sirve a los huéspedes té recién hecho en el restaurante del hotel. Aquí se sirve un clásico de los viajes en tren del pasado: un té británico de la tarde con Earl Grey, scones y exquisitos sandwiches.