McDonald’s y jugueteros, primer round
En la antesala del Día del Niño, una directiva de la cadena de comida rápida McDonald’s vino a Buenos Aires para reunirse con los representantes del sector juguetero para evitar que se ponga en marcha un proyecto que busca limitar la presencia de juguetes asociados a golosinas y “comida chatarra”.
La vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales de la empresa para Latinoamérica, Marlén Fernández, se reunió ayer con Matías Furió, el presidente de la Cámara Argentina del Juguete. Días antes, el representante de la industria local había anticipado su intención de presentar un proyecto para que los “chiches” no estén asociados a productos como la tradicional Cajita Feliz de McDonald’s y otros productos con alto contenido de azúcar, como golosinas.
Según indicaron los jugueteros, la primera reunión fue “un sondeo”. Desde Arcos Dorados, en tanto, aseguraron que fue un pri- mer encuentro bueno, en el que se planteó la posibilidad de aumentar la participación de empresas del sector de la Argentina en la provisión de cotillón para los cumpleaños que se festejan en la cadena y los souvenirs que se entregan en ese marco. Para los fabricantes, la idea es, por ahora, sólo eso: una idea.
“Queremos terminar con la idea de atar la comida chatarra a un juguete”, había asegurado Furió en la reunión de presentación de datos del sector juguetero, donde aseguró que “no se trata de un tema de importación”. Después de esa frase, Fernández, que viajó para un encuentro de directivos regionales en Uruguay, cruzó el charco para reunirse con el sector juguetero.
Los juguetes de la Cajita Feliz, el menú infantil –que tiene 600 calorías–, se fabrican en China y la colección se distribuye a toda la región al mismo tiempo. En Chile, la empresa logró sortear una ley que buscaba prohibir juguetes a cambio de cumplir con requisitos nutricionales.