Furor por los cursos para ser piloto de dron: ya hay lista de espera
Cuestan desde $ 3 mil y duran en promedio noventa horas. Se debe a que la ANAC exige una licencia para trabajar. Los matriculados pueden ganar hasta $ 8 mil por día.
“Las aplicaciones de usos de drones está en alza: desde el campo hasta la seguridad.”
Aunque desde hace ya un tiempo los drones se vienen popularizando como juguetes para chicos, en los dos últimos años se volvieron tan sofisticados que se transformaron en una herramienta de trabajo para adultos. Así, bajo la denominación de vehículo aéreo no tripulado (VANT), su uso profesional se está expandiendo: desde el campo hasta la industria, y también en los servicios. A tal punto aumentaron los usos, que en Argentina ya se está registrando una creciente demanda de pilotos capacitados y matriculados –desde 2015 la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) exige una licencia–, que sean capaces de manejar estos aparatos en distintas misiones y trabajos en forma segura y eficiente.
“Hoy un piloto argentino matriculado, con un equipo chico, puede cobrar por jornada laboral de 4 a 8 mil pesos. Y si se requiere equipo más sofisticado, hasta 25 mil”, detalló a PERFIL Rubén Martín, piloto y director de Drones VIP, actualmente la única escuela de pilotos de VANTs certificada por la ANAC (hay otras en homologación). Martín agregó que “si el trabajo es el relevamiento de un campo, usando drones de ala fija la tarea puede demandar varios días y cobrarse hasta 150 mil pesos”. Ante esas cifras, no parece casual que en lo que va del año por su academia hayan pasado 700 alumnos, de los cuales el 60% ya rindió los exámenes oficiales para poder matricularse como piloto.
Seg ún un infor me de la compañía CRI, este año se venderán –en el mundo– casi tres millones de drones de todo tipo, y la facturación del negocio rondará los 6 mil millones de dólares. Pero si se considera la proyección futura, la consultora PwC estimó que “el mercado de soluciones de drones moverá, en el año 2020, unos 127 mil millones de dólares).
Otra institución que enseña esta temática es la Universidad Tecnológica Nacional. Juan Carlos Tirante, coordinador de la Licenciatura en Seguridad, explicó a PERFIL: “Estamos dando cursos para pilotear drones desde 2016 y ya tuvimos más de 150 alum- nos. Pero cada vez hay más demanda para nuestros cursos, que duran noventa horas e incluyen temas de ingeniería aeronáutica, meteorología, electrónica y legales, entre otros”.
Además de las clases teóricas, los estudiantes pasan por un simulador y luego hacen las prácticas. El precio que cobra esta institución son $ 2.900 por mes. Y tanto Tirante como Martín destacan que tienen listas de espera, personas que están interesadas en sumarse a los cursos de los próximos meses.
“Para quienes están debidamente habilitados, la salida laboral es amplia”, contó Jorge Vidal, fotógrafo y presidente de la Asociación de Pilotos de Drones (APDA), que reúne a cincuenta aficionados. “Las aplicaciones de uso de drones están creciendo: no sólo en fotografía y cine publicitario, sino también en relevamientos agrarios o mineros, tareas de agrimensura, revisión de pérdidas en ductos de combustible o en revisión y mantenimiento de torres de comunicaciones”. Ultimamente, según Vidal, están en auge las aplicaciones para seguridad, ya que el uso del dron permite revisar grandes depósitos de mercadería o playas de estacionamiento de automóviles”.
Por otra parte, Martín aseguró que en los próximos años surgirán nuevas aplicaciones: “Están llegando a la Argentina los primeros modelos de drones aerostáticos, que combinan un globo con la propulsión a hélice. Son equipos que tienen 74 horas de autonomía y pueden transportar cargas útiles de hasta 50 kilos. Por eso podrán aplicarse a usos y observaciones totalmente novedosos”.