“Sería una pena que lo demuelan”, dice el sobrino de Tito Lectoure
LA VERSION DE LA FAMILIA C.C. “No estoy al tanto del proyecto, pero no me llama la atención que la Iglesia quiera vender el Luna Park. No es una empresa que dé plata, al contrario. Imagino que muchas veces tuvieron que desembolsar dinero para mantener su funcionamiento”, asegura Esteban Livera, último referente de la fami- lia Lectoure en trabajar en el tradicional estadio porteño. Tras su polémico alejamiento de la mítica empresa familiar, envuelta en una disputa con los socios mayoritarios y el apoderado de Devecchi que incluyó hasta una denuncia penal, Livera habló en exclusiva con PERFIL. “Desde que me echaron del Luna, no tuve más contacto con nadie de allí. De todas maneras, no creo que sea fácil venderlo ya que es monumento histórico nacional y eso juega en contra de posibles negocios. Lo único que espero es que no lo demuelan, sería una pena”, agregó, consternado, el sobrino directo del principal referente del lugar, Tito Lectoure. Su madre era la hermana menor del empresario fallecido en 2002.
Instalado desde hace unos meses en un campo de su propiedad, Livera tiene gratos recuerdos de los momentos vividos en el Luna Park junto a su tío y a Ernestina. “Entré como aprendiz de todo, bien de abajo, y terminé como coordinador de todas las actividades que se llevaban a cabo allí”, contó el joven empresario. “Fueron años de mucho trabajo. De ganancias, pero también de pérdidas. A pesar del imaginario de la gente, el Luna no es una mina de oro. Parece, pero no lo es”, aseguró.