Perfil (Sabado)

Una película familiar

- ARIEL WINOGRAD*

Tengo la suerte de hacer cine. No son sólo palabras. Hacer cine es lo que amo, es, sin dudas, el centro de mi vida y puedo asegurar sin titubeos que es el lente desde el cual aprendí a ver el mundo. Cada historia, cada escena, cada plano, cada personaje, cada frase es la construcci­ón de un todo, uno poderoso, que me fascina por la forma en que al mismo tiempo involucra una maquinaria técnica, pero sobre todo y antes que nada una maquinaria humana impresiona­nte. La coordinaci­ón de cada detalle en el set, delante y detrás de la cámara, y la creación de un universo posible son tareas que, llevadas adelante por muchas personas al mismo tiempo, implican algo bastante parecido a la magia.

Pienso en mi tarea de director como un articulado­r de ideas ajenas, diversas, muchas veces contradict­orias, que se encuentran en la pantalla y que arman las historias que contamos, que nos identifica­n y que hablan de nuestros miedos, sueños, creencias, verdades y errores. Ver cómo esas ideas, esos objetivos, esos posibles comienzan a tener lugar en el transcurso de la preproducc­ión, del rodaje, del montaje y del trabajo de sonido es una experienci­a maravillos­a en sí misma. Una escuela para la vida. La historia va apareciend­o en miles de capas como ninguna otra cosa que la síntesis del trabajo de muchas personas, y de repente la película tiene su propia voz. Y es una voz única.

Creo en el trabajo en equipo y en la vocación. En hacerlo todo mejor, plantear desafíos sin miedos, imaginar más allá de lo que cree- mos posible: eso es lo que nos mueve todos los días a esas largas jornadas en las que sufrimos, nos divertimos y encontramo­s un espacio para enriquecer­nos, expresarno­s, opinar, debatir, crear. Mamá se fue de viaje es, antes que nada, el acto creativo de mucha gente: Carla (Peterson), Diego (Peretti), los cuatro niños, actores impresiona­ntes y seres especiales: todos me enseñaron un montón de cosas. El pulso de su alegría y su libertad traspasa la pantalla. Incluso en el mismo rodaje la traspasaba. Me hacía reír y emocionar todos los días, y son esa alegría y esa libertad lo que ahora está emocionand­o y divirtiend­o al público. Para mí, la felicidad de lograr esto es simplement­e incomparab­le.

Además, me di un pequeño lujo. O desafío. En esta película fui al mismo tiempo director que es cabeza de un equipo de muchas personas y padre que cambia pañales en el set, ya que pude compartir esta experienci­a con mi hijo Lorenzo (de tan sólo dos años), y quien no es otro que el más pequeño de los protagonis­tas. Seré sincero: fue una locura difícil de explicar pero, siendo más sincero, fue una locura en extremo positiva. Si íbamos a hacer una película familiar, teníamos que empezar por casa. Y eso es lo que hicimos: una película familiar.

Me siento muy afortunado por el camino recorrido y por el resultado, y me alegra poder compartirl­o con tanta gente que se acerca a las salas todos los días. Me alegra el lugar donde la película se encuentra porque eso implica que logramos lo que queríamos: una película familiar que les hable al cine y a las familias. Es por ello que brindo por el trabajo en equipo, seguro, pero también por el cine argentino, y siempre por su público, que hoy por suerte nos acompaña y nos hizo un éxito en las vacaciones de invierno. ¡A festejar, familias!

*Director de Mamá se fue de viaje, Permitidos, Sin hijos, Vino para robar, Mi primera boda Cara de

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FOTOS GZA. DISNEY
 ??  ?? ETAPAS. Winograd posa con el elenco de Mamá se fue de viaje, donde debutó como actor su hijo de dos años. Su películas anteriores: Permitidos y Sin hijos, donde también trabajó con Peretti.
ETAPAS. Winograd posa con el elenco de Mamá se fue de viaje, donde debutó como actor su hijo de dos años. Su películas anteriores: Permitidos y Sin hijos, donde también trabajó con Peretti.
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