ENCUENTROS CERCANOS
Zambia ofrece 20 parques naturales para toparse cara a cara con su big five: el rinoceronte, el búfalo, el leopardo, el elefante y el león. Safaris africanos de lujo
La aventura comienza cuando el hipopótamo se asoma a la ventana en plena noche oscura. Luego, oímos de nuevo un crujido, el animal se aleja y se tira al río Zambeze, cerca del Royal Zambezi Lodge. Quien viaja por Zambia tiene encuentros cercanos con animales salvajes. El turismo en este país aún está en pañales. Hay sobre todo campings y cabañas sencillas. Y también lodges de lujo, cuyos precios arrancan en los € 500 por noche, pero ofrecen todo tipo de confort a turistas exigentes. El Ministerio de Turismo fijó como objetivo convertir a Zambia, en 2030, en uno de los cinco principales destinos turísticos de Africa. ¿Qué se puede hacer en este país? Un tercio de su superficie está ocupada por 20 parques nacionales. Y aquí se encuentra también la gran atracción turística de Africa: las Cataratas Victoria. El río Zambeze, de 1.700 metros de ancho, cae por un corte en el suelo a una garganta de más de 110 metros de profundidad. Tomando en cuenta la altura y la anchura, se forma allí durante la época de lluvias la mayor cortina de agua del mundo. Sin embargo, la mayor parte de las cataratas está situada en el vecino Zimbabue. Es justamente la red turística poco desarrollada en Zambia la que ofrece ventajas a los viajeros. El turista de élite aterriza en una avioneta en una pista sin asfaltar en medio del parque nacional. Un par de todoterrenos esperan a los visitantes. También los safaris son más solitarios que en un parque como Serengeti, en Tanzania, donde muchas veces se ven hasta diez automóviles alrededor de un par de leones. En Lower Zambezi, más concurrido, o South Luangwa uno puede disfrutar casi a solas de los encuentros con ñus, cebras, leones, leopardos y jirafas. Para los guías, lograr encuentros con los big five –el elefante, el rinoceronte, el búfalo, el león y el leopardo– es todo un desafío. “Sólo en la época seca los animales aparecen en grupos y se juntan en las orillas de los ríos”, explica el guía James Chabbuka. Y grita: “¡Agárrense!”. Pisa el acelerador, toma una curva y detiene el coche. Debió escapar de un elefante enojado. Situaciones como ésta no son excepcionales pero tampoco demasiado peligrosas. Los guías en el parque South Luangwa ni siquiera llevan consigo fusiles. Un espectáculo muy especial se desarrolla aquí una vez al año, cuando en el jardín del Mfuwe Lodge están maduros los mangos dulces, que atraen a los elefantes. Manadas enteras con sus crías pasan pacíficamente junto a la recepción rumbo a los árboles. ¿Y los turistas? Los llevan a un sitio detrás de los mostradores, desde donde pueden fotografiar muy de cerca a los imponentes animales. *Deutsche Presse Agentur.