Apabullante, épica e intimista, con el sello personal de Luc Besson
VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS Título original. Valerian and the City of a Thousand Planets Dirección: Luc Besson Intérpretes: Cara Delevingne, Dane DeHann Duración: 137´
Luc Besson concretó un anhelado sueño, filmar uno de sus cómics favoritos, Valérian y Laureline, de Jean-Claude Mézières y Pierre Christin. La película es una apabullante space opera épica e intimista a la vez, que no da respiro al espectador, por su intenso ritmo de imágenes, con secuencias en escenarios tan inhóspitos como devastados, o locaciones suspendidas en la galaxia y transformadas en algo cercano a una Babilonia, en la que conviven no sólo una multiplicidad de razas, también alienígenas.
El relato, entre otros interesantes ítems, tiene el atractivo de que sus protagonistas son un par de jóvenes enamorados y dispuestos al riesgo. A esto se suma que son agentes al servicio del gobierno de la ciudad de Alfa, y se encargan de la seguridad de sus habitantes, por lo que les está permitido viajar en el tiempo y el espacio.
Altruistas, Valérian y Laureline, una especie de Indiana Jones, irónicos y divertidos, serán los guardianes de que la paz reine en el planeta, por lo que terminarán haciendo justicia con los sobrevivientes de Mül.
Besson es un prestidigitador de imágenes que le permiten hacer evolucionar su argumento, por eso acá, como en otras de sus producciones, lo esencial no está en los diálogos, que son escasos y nada importantes, sino en el atractivo visual, y su respeto a la historieta original le permitió al cineasta francés construir su propia metáfora en favor de la paz y contra el armamentismo.
Con una estética que recuerda a Star Wars, Mad Max o El quinto elemento, esta producción también cuenta con un segmento protagonizado por la artista pop Rihanna que es imperdible.
Quizás ésta sea la mejor producción de Besson hasta la fecha, y una de las más rescatables entre lo último que se vio dentro de la épica de la ciencia ficción.