Descanso, bosques y termas para un paseo con aire campestre por General Belgrano
Con la impronta de los pueblos bonaerenses y una variada gastronomía, General Belgrano es una propuesta muy atractiva para el turismo rural.
Enclavada en el noroeste de la provincia de Buenos Aires esta ciudad y sus alrededores son un destino que espera al visitante sobre la Ruta 41. Un bosque encantado, la magia del Río Salado, su historia y cultura junto a los sabores y aromas de la gastronomía y el relax de las Termas del Salado son sencillamente, una invitación imposible de rechazar.
Fundada el 1° de agosto de 1891, la ciudad y sus alrededores brindan una variedad de atractivos naturales y culturales sumados a la calidez y hospitalidad de su gente. General Belgrano es una opción ideal para aquellos amantes de la aventura y los destinos donde encontrar paz y una opción para mejorar la salud en las aguas termales de alta mineralización. Se puede disfrutar de un Parque Termal con 3 piletas donde el agua surge desde 965 metros de profundidad, a 41° C de temperatura. Las Termas del Salado se encuentran muy cerca junto a hermosos espacios verdes, juegos de niños y spa con fines terapéuticos. El lugar cuenta con piletas semicubiertas y cubierta; vestuarios, baños y duchas; se alquilan batas, toallones y lockers. También hay un maxikiosco, venta de artesanias y un fast food. En el sector de descanso hay quinchos y también cuen- tan con enfermeria y servicio de guardavidas.
Todo el patrimonio natural y cultural de estos destinos con impronta rural se convierten en opciones de turismo rural y a la vez, proponen conocer otras localidades cercanas con va- riedad de propuestas pero una misma identidad. Travesías en kayaks o canoas, cabalgatas por las costas del Salado, paseos por distintos circuitos de mountainbike y la adrenalina de volar en parapente a motor son algunas de las invitaciones. El Río Salado, tan sólo a un kilómetro de la ciudad es un atractivo natural, que combinado con la infraestructura de servicios supone una oportunidad única para que el visitante pueda relajarse y descansar. Pero si de naturaleza hablamos la magia y aromas del bosque atrae a muchos curiosos que llegan para conocer este fresco y perfumado lugar. Con más de 88 especies vegetales centenarias y 30 espceies de aves, los senderos cubiertos con hiedras conducen hacia el “Museo de las Estancias”, reminiscencias de estancieros que vivieron en la zona 150 años atrás.
Respirar aire puro, fotogra- fiar paisajes bien bonaerenses, relajarse, compartir junto al río, interactuar con los pobladores y degustar variados platos elaborados artesanalmente hacen la diferencia. Restaurantes con asador criollo y cocina gourmet con el condimento de la historia pueblerina, costumbres, antigüedades y relatos de quienes eligen vivir en General Belgrano aseguran una experiencia única e imperdible. Las luces de la ciudad pueden ser atractivas pero cuando nos acercamos a los sonidos del campo y la naturaleza, el corazón latirá con fuerza y el recuerdo perdurará para quienes elijan este destino con impronta rural.
Pablo Sola, director de Tursimo de General Belgrano, tiene sus propias palabras para definir el lugar. “General Belgrano es una ciudad con esencia de pueblo como me gusta decir. El tiempo pareciera detenerse. Al mediodía los negocios cierran y muchos duermen la tan esperada siesta. La gente es amable, respetuosa y cálida. Es la combinación perfecta para un buen descanso. Cerca de capital (solo 160 km) y de La Plata (solo 120 km). Para los amantes de la naturaleza, para relajarte, para escaparte, acá tenes todo. Excelente gastronomía, complejos de cabaña, hoteles, camping. Tenes la posibilidad de elegir de acuerdo a tus necesidades”, indica Sola.
Se puede disfrutar de un parque termal con tres piletas. El agua surge a 41º.