LAS MIL Y UN DALMATAS
La ciudad de Dubrovnik y más de mil islas sobre el mar Adriático hacen de la costa de Dalmacia una de los destinos más bellos de Europa. Sobrevivió a terremotos, ambiciones y bombardeos y sus playas de piedra rinden tributo a la belleza inmortal.
Dubrovnik por mucho tiempo ha podido sobrevivir sólo por su apariencia. Durante años, el Stari Grad (Casco Viejo), con sus gruesas murallas medievales, edificios góticos y el azul profundo del mar Adriático como telón de fondo, ha atraído a decenas de miles de visitantes estivales que marchan de arriba para abajo por sus brillantes calles pavimentadas con piedra caliza admirando la estética de la ciudad entre mediterránea y medieval. No importaba que la comida de los restaurantes fuese mediocre, o que fuera difícil conseguir una buena taza de café. Pero las cosas están cambiando en esta ciudad croata de 42 mil habitantes sobre la costa dálmata.
La Gran Muralla
Pasee por el estrecho de 1,9 kilómetros sobre la muralla de la ciudad, deteniéndose en las varias torres y bastiones que hay en el camino, y en los puntos panorámicos sobre la Stradun, la adorada calle principal de Stari Grad, donde la gente local disfruta de pasar el rato como si fuese un sala colectiva. El costo de la entrada para caminar por la muralla es de 150 kunas (US$ 23,82; a razón de 6,30 kunas por dólar) o 50 kunas los niños; incluye la entrada al Fuerte de San Lorenzo, o Fort Lovrijenac, que se encuentra fuera de las murallas, hacia el oeste. La fortaleza del siglo XI, construida sobre un peñón y a veces conocida como “La Gibraltar de Dubrovnik”, es un punto elevado excelente para contemplar el Casco Viejo.
El costo de la entrada para caminar por la muralla es de 150 kunas
¿Qué es la pedregosa montaña que se alza sobre Dubrovnik? Es el Monte Srdj, casa de algunas de las vistas más espectaculares al sur de Dalmacia. Suba al teleférico (130 kunas) y elévese 415 metros hasta la cima. Luego de disfrutar de un paisaje inmejorable, aléjese unos minutos y visite el Fuerte Imperial de principios del siglo XIX, que alberga exhibiciones como “Dubrovnik y la Guerra Civil 1991-1995”, que muestra fotografías y otros objetos relacionados con la defensa de la ciudad contra los soldados serbios y montenegrinos a principio de la década de 1990. Abandone el Casco Viejo en la Puerta de Ploce, una de las tres entradas principales de la amurallada ciudad peatonal, para hacer una caminata de cinco minutos hacia el nuevo bar al aire libre que está en la terraza del recientemente renovado Excelsior Hotel. Pida una copa de travarica, un brandy local de uva con infusiones
de hierbas, mientras disfruta la vista del Viejo Casco. Diga “adio” (adiós, en croata) al Sol que se sumerge debajo del horizonte. Dubrovnik ahora rebosa de excelentes opciones para cenar. Posat, justo fuera de las murallas de la Puerta de Pile, ofrece sofisticadas versiones de mariscos tradicionales como filete de bacalao sobre espuma de habas y pasta Istrian pljukanci tipo strozzapreti entremezclada con trufas, camarones y vieiras. Espere pagar alrededor de 700 kunas por una cena para dos, sin vino. En el lado opuesto del Casco Viejo desde Azur, en una angosta escalera de una calle, el flamante Bar by Azur es uno de los primeros en abrir dentro de las murallas. Con veinte asientos en el exterior, el refrescante bar combina cócteles clásicos y algunas de sus propias creaciones, como el famoso Plum Azur (ciruelas batidas
mezcladas con coñac, sake de ciruela, jugo de limón y amargos; 65 kunas).
Día 2. Molienda gourmet
Consuma algo de la flamante cafetería Cogito Coffee y camine por los angostos callejones del Casco Viejo descubriendo lugares de sus escenas favoritas de Game
of Thrones o deambule por la Stradun (también llamada Placa). Los locales vienen para hacer el dir (se pronuncia “djer”), una lenta caminata de ida y vuelta desde el campanario de la ciudad hasta la grande y abovedada Fuente de Onofrio del siglo XV. Hay más de mil islas en la costa de Croacia. Desde Dubronivk, la de mejor acceso es Lokrum, un viaje en bote de 15 minutos desde el Casco Viejo de la ciudad (ida y vuelta, 120 kunas). La frondosa pequeña Lokrum tiene un jardín botánico, las ruinas de un monasterio medieval y los vestigios de un viejo fuerte. En lugar de confiar en las pocas opciones de comida en la zona, arme un día de campo. Piknik Dubrovnik ofrece mochilas repletas de productos locales como prosciutto, queso, pan, aceitunas, fruta, limonada casera de jengibre y rosa mosqueta, así como otros productos de toda Croacia, como una untuosa salchicha kulen de la región de Eslavonia, y vino de Istria, entre otras delicias (550 kunas para dos). Con su increíble línea costera, la zona de Dubrovnik no parece ser un sitio básico. Peka, un popular festín de campo, significa “hornear”, pero a menudo es conocido como “debajo de la campana” debido a la carne cocida al horno y a las papas horneadas durante horas en una olla tapada con una especie de campana cubierta de carbón caliente. El mejor lugar para probar este abundante banquete es Konoba Dubrava, en el pueblo de Bosanka, en las montañas que están sobre Dubrovnik (el viaje en taxi costará 70 kunas). La vista por sí sola vale el precio. Haga una reserva, e indique qué carne desea (ternera, puerco, cordero o pulpo). Durante la noche, una banda de músicos itinerantes ofrece serenatas en las mesas con melodías folklóricas. Cena para dos, 400 kunas, sin vino. La Península de Peljesac, la principal región vitivinícola del sur de Dalmacia, se encuentra aproximadamente a 64 kilómetros al norte de Dubrovnik. Si no puede ir a un paseo por las bodegas de la península, vaya a Matusko, una vinoteca del Casco Viejo que no sólo sirve vino local sino también vino de su propia bodega del mismo nombre en la península. Además, Buzz Bar, a casi 60 metros cuesta arriba desde Matusko, es un bar popular con música acústica en vivo.
Día 3. Ultimo minuto
Tan sólo una caminata lleva a Pantarul –“tenedor”–, un popular lugar de barrio que ofrece menú a la carta o menú fijo de pescado de cinco tiempos (por 360 kunas). Casi todos los ingredientes son de granjeros y pescadores locales. Si espera llevarse a casa algo más que un bronceado de Dubrovnik, evite los negocios de recuerdos de Stradun y vea qué hay en Life According to Kawa. Este negocio ubicado justo afuera de la Puerta de Ploce vende una mezcolanza de productos artesanales de alta calidad: cerveza artesanal, bebidas espirituosas, bolsos, zapatos y artículos de playa con temas de Dubrovnik.
Lokrum tiene un jardín botánico y las ruinas de un monasterio