Una nueva etapa
Juntos, católicos y ortodoxos, para apoyar a las poblaciones que sufren y para construir y defender la paz en el mundo.
Es este el terreno concreto sobre el cual prosigue el camino ecuménico. Iglesias que trabajan, unidas para la paz: es el mensaje fundamental que se desprende del encuentro, del martes 22 de agosto en Moscú, entre el patriarca Cirilo y el cardenal Pietro Parolin.
«Saluda a mi hermano fraterno Kirill, Patriarca de Moscú y de todas las Rusias» había pedido el Papa Francisco al secretario de Estado. Recibiendo al purpurado en el monasterio Danilov y escuchando sus palabras, Cirilo respondió igualmente cordial, utilizando la lengua italiana, con un simple y afectuoso «gracias».
La situación de los cristianos y la crisis humanitaria en Oriente Medio, los sufrimientos de la población causados por el conflicto en Ucrania estuvieron entre los temas principales del encuentro. Cirilo subrayó cómo «el común apoyo a los cristianos en Oriente Medio ayudará a llevar las relaciones entre Iglesia católica e Iglesia ortodoxa rusa a un nivel más alto».
La participación de todo el mundo cristiano para proyectos de ayuda a la población —dijo— tendrá «un efecto de unidad muy importante». Y las Iglesias pueden desarrollar un rol de pacificación también en la dolorosa situación en Ucrania: «Cuando las personas están en conflicto —dijo el Patriarca— la Iglesia no puede jugar ningún otro rol.
Si no el de pacificador. Los conflictos no duran para siempre y antes o después finalizan. Si todas las fuerzas sociales están implicadas en el conflicto, ¿entonces quién recogerá las piedras?».
Discutiendo sobre estos compromisos, comunes el patriarca y el secretario de Estado han subrayado cómo haya «comenzado verdaderamente una nueva etapa en el desarrollo de las relaciones entre las dos Iglesias».