Dentro de la CGT plantean alianzas con los empresarios
La próxima semana se realizará, tras varias postergaciones, la primera reunión de la comisión directiva de la CGT luego de la marcha del pasado 22 de agosto. Fuentes de la central confirmaron que la intención es ahora convocar al Comité Central Confederal el próximo 3 de oc t ubre. Nadie espera ya que se anuncie un plan de lucha. Mientras se esperan los resultados de las elecciones, y con una posible reforma laboral en el horizonte, dentro de la central algunos dirigentes plantean buscar aliados entre los empresarios.
El objetivo de la CGT es ahora limar asperezas y afianzar la unidad gremial a la espera del resultado de octubre y de los pasos que dará el Gobier- no. En particular, preocupa la perspectiva de una posible reforma laboral. En diálogo con PERFIL, el secretario general Héctor Daer marcó una línea roja: “Hay cuatro pilares: los convenios colectivos, la ley de contratos de trabajo, la seguridad social y el modelo sindical”. Esos puntos, anticipó, son “inclaudicables”.
En ese aspecto no hay hoy discusiones al interior de la central. Las diferencias surgen cuando se debate la estrategia a seguir en un escenario de posible crecimiento electoral del Gobierno y dispersión en el peronismo. Unos días antes, Daer había aportado un guiño en favor de un voto hacia Unidad Ciudadana al declarar frente a los afiliados de su gremio que no
La estrategia se debate entre un posible crecimiento del Gobierno y la dispersión peronista
podía pedirles que “voten contra sus propios intereses”. Más explícito fue Antonio Caló, quien llamó a votar a Cristina.
En paralelo, otros dirigentes piensan que la influencia no debe limitarse al campo electoral. A nticipan que la CGT deberá buscar aliados en otros sectores que podrían verse perjudicados ante una eventual reforma laboral. “Los ejecutivos de las principales empresas tienen su indemnización como su única garantía; si el Gobierno quiere tocar este tema tenemos que buscar alia- dos en ese sector”, ejemplifica un secretario de primera línea.
Otros creen que la clave está en dar muestras de que el sindicalismo puede ser un eje central del reordenamiento del peronismo tras la elección. Por esta razón, algunos dirigentes propondrán realizar un evento con fuerte repercusión el próximo 17 de octubre. No será una marcha, pero sí una reunión que se destaque entre las celebraciones dispersas que suele haber en el Día de la Lealtad. Los más entusiastas mandaron inclu- so a arreglar el histórico salón Felipe Vallese de la sede de la CGT, en calle Azopardo.
Más allá de las intenciones, desde otro importante sector gremial restaron importancia a este tipo de muestras simbólicas, al reconocer que “el sindicalismo está tan dividido como el propio peronismo” a pesar de que, por ahora, se han disipado los fantasmas de un quiebre (o las perspectivas de nuevas adhesiones de gremios disidentes). “La CGT es lo que es”, graficó un secretario que integra la mesa chica.