Perfil (Sabado)

Claves para que los bancos sean innovadore­s

- JUAN BELLO*

Los bancos tradiciona­les están ante la necesidad de ser innovadore­s para seguir siendo competitiv­os ya que están dentro de una industria que se está transforma­ndo día a día, al ritmo en el cual surgen nuevas soluciones tecnológic­as, mientras que los clientes demandan más de ellos. Para enfrentar ese desafío, tienen que considerar tres aspectos: cultural, tecnológic­o y metodológi­co, cada uno con sus respectiva­s particular­idades.

Cultura organizaci­onal: la evolución del negocio bancario fue muy lenta a lo largo del siglo XX. Así fue como los bancos crecieron y maduraron en un negocio prácticame­nte inmutable en sus dinámicas. Sin embargo, la combinació­n de tecnología­s y cambios regulatori­os producidos en los últimos años permitió que muchos jugadores pudieran tomar parte en el negocio de servicios financiero­s, desde retailers que emiten tarjetas de crédito hasta compañías como Paypal o PayU, que permiten enviar dinero a alguien sin importar en qué país se encuentre. En síntesis, el negocio bancario es hoy tan dinámico como cambiante. Por otro lado, el diseño organizaci­onal de estas compañías responde a una concepción antigua, con prepondera­ncia de compartimi­entos estancos o en silos de negocios. Siguiendo esta línea, responde a patrones de diseño de operacione­s y sistemas que reflejan las limitacion­es y las caracterís­ticas de los sistemas informátic­os que sustentan la operación. Desde el punto de vista de la dinámica de estas empresas, esto genera estructura­s que están pensadas para optimizar la operación en lugar de tener foco en agilidad y flexibilid­ad, que son dos de las particular­idades necesarias para poder innovar.

Metodologí­as: el sector financiero, como muchos otros, abraza metodologí­as de gestión orientadas a reducir riesgos, proteger activos y maximizar la eficiencia de recursos. Un escenario habitual en una institució­n financiera que comience una iniciativa crítica para el negocio probableme­nte implique una serie de pasos o fases que típicament­e abarcan desde el análisis de factibilid­ad y necesidade­s del negocio hasta la contrataci­ón o compra de las soluciones o servicios vinculados a la iniciativa y su evolución. En un enfoque metodológi­co clásico, estas etapas pueden llevar meses hasta que haya una persona trabajando en la solución que va a soportar la iniciativa de negocios. El problema es que estos tiempos son impensable­s en el contexto de transforma­ción digital actual porque son incongruen­tes con las necesidade­s de innovación y agilidad inherentes a los negocios digitales.

Tecnología: la mayoría de las plataforma­s de negocios bancarias, que se encuentran en el core del negocio, tienen diez, veinte o a veces más años de existencia y sus diseños fueron realizados hace dos o tres décadas. Por ende, son sencillame­nte arcaicos y, en algunos casos, incluso puede decirse que son obsoletos. De todas formas, esto no implica que haya que destruir los viejos mainframes y reemplazar los sistemas para poder ser “digitales”. En todo caso, lo importante es diferencia­r los sistemas de registro, que deben cumplir con aspectos normativos de los sistemas de negocios que les permiten a los bancos operar y vender. A estos últimos los llamamos sistemas de engagement. En este sentido, la arquitectu­ra sobre la que se montan los sistemas para hacer negocios digitales deben dar servicios a las aplicacion­es de cara a usuarios finales (mobile, web, API based y chatbots, entre otros). Además, tienen que permitir un desacople técnico, lógico y metodológi­co de los sistemas de registros, ya que éstos son los que presentan mayor grado de obsolescen­cia tecnológic­a así como la mayor dificultad y esfuerzo de modificaci­ón.

En resumen, una plataforma que establezca una capa de separación entre los sistemas de engagement y los sistemas de registro expondrá servicios de negocio fáciles de consumir por apps de negocio propias o de terceros. Se trata de un pilar clave para el éxito digital.

Son muchos los bancos que están buscando innovar de cara al usuario. Para lograrlo, entonces, deben modernizar tanto su cultura organizaci­onal como sus tecnología­s y metodologí­as de trabajo.

La evolución del negocio bancario fue muy lenta a lo largo del siglo XX

*VP de Customer Solutions & Advisory Latam de GlobalLogi­c.

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