Después de una década, volvió a crecer el hambre
Después de descender sostenidamente durante la última década, el hambre en el mundo volvió a aumentar en 2016 y golpeó al 11% de la población del planeta.
Ese aumento es “el resultado en gran parte de la proliferación de conflictos violentos y de las catástrofes climáticas”, sostiene el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mu ndo 2017 ”, divulgado ayer y preparado por la FAO y otras agencias de la ONU, como el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Alimentario Mundial (PAM).
El año pasado, el hambre afectó a 815 millones de personas, 38 millones más que en 2015, según el informe.
Más de la mitad de las personas que sufrían hambre el año pasado, es decir, 489 millones, viven en países golpeados por conflictos armados.
Paralelamente, 155 millones de niños menores de 5 años sufren un retraso de crecimiento debido al hambre y otros 52 millones padecen una insuficiencia respecto de su talla.
Desde 2005, cuando había 926 millones de personas en el mundo afectadas por el hambre, las cifras habían mostrado un retroceso continuo hasta 2014, cuando la tendencia se invirtió ligeramente. Sobrepeso infantil. El informe destaca al mismo tiempo que 41 millones de niños menores de 5 años sufren sobrepeso, lo que acrecienta el riesgo de sufrir obesidad y enfermedades durante la edad adulta.
“La anemia entre las mujeres y la obesidad entre los adultos también son preocupantes”, considera el documento, al que también aportaron otras dos agencias de la ONU, Unicef y la OMS.
“Estas tendencias no sólo son consecuencia de los conflictos y el cambio climáti- co, sino también de cambios profundos en las costumbres alimentarias” y de la pobreza ligada a las “ralentizaciones económicas”, agrega.
Según el informe, 520 millones de personas sufren hambre en Asia (11,7% de la población del continente), 243 en Africa (20%) y 42 en América Latina y el Caribe (6,6%). Cambio climático. Gilbert Houngbo, presidente del FI- DA, advirtió del “creciente impacto” del cambio climático en el hambre mundial, con “la sequía que perdura en Somalia, Etiopía y en Africa Oriental”.
“Las inversiones a largo plazo son insuficientes para permitir que las poblaciones rurales en las zonas más recónditas puedan vivir de sus cosechas”, añadió.
Para Houngbo, “hay que reconocer que hay una toma de conciencia de la comunidad internacional sobre este problema”, pero es necesario “relanzar la inversión agrícola a largo plazo”, añadió.
En particular, llamó a invertir en los pequeños agricultores, responsables del 80% de la producción agrícola en Africa, pese a que sus explotaciones tienen una superficie promedio que no excede las dos hectáreas.
Para este responsable, debe haber además una “complementariedad” entre los pequeños agricultores africanos –entre 38 y 40 millones– y las grandes multinacionales, que tratan de invertir masivamente en el continente.
Según la FAO y otras agencias de la ONU, la causa son las guerras y el cambio climático