Cómo es el protocolo
Desarrollado tras la Segunda Guerra Mundial, el temible arsenal nuclear norteamericano fue puesto en aquellos años por el Congreso bajo c o n - trol civil, lejos de los belicosos generales. Pero hoy parece haber más sensatez y sentido común en el Pentágono que en la Casa Blanca. Todo el mundo sabe en Estados Unidos que el presidente tiene la potestad de utilizar las armas nucleares. Lo que nadie tiene muy claro es todo el proceso desde que se aprieta el “botón rojo” hasta que se inicia un ataque. El protocolo especifica que el secretario de Defensa y el consejero de Seguridad Nacional deberían, si el tiempo lo permite, mantener consultas para discutir el riesgo de una agresión enemiga antes de que se tome una decisión. Sin embargo, estas formalidades no están previstas si se trata de lanzar misiles nucleares como ataque preventivo o simplemente porque el presidente quiere hacerlo. Si el presidente quiere lanzar un ataque nuclear debe ingresar el código de lanzamiento en el mecanismo llamado “football”, que es portado por el oficial de la fuerza aérea que viaja con él a todas partes. El código es transmitido a los oficiales del Centro Nacional del Comando Militar, quienes, después de confirmar su autenticidad con el propio presidente, lo convierten en una orden de lanzamiento específica que es enviada a los centros de combate (los silos misi lísticos, submarinos y bases de bombarderos) operados por el Comando Estratégico. Según Bruce Blair, un ex oficial de lanzamiento de la Fuerza Aérea que hoy es profesor en la Universidad de Princeton, un misil balístico intercontinental, o ICBM, sería lanzado un minuto después de que la orden fuera transmitida. Los misiles desde los submarinos necesitarían entre 30 y 60 minutos, por razones de seguridad.