La “venganza” de Uma Thurman
talones. Los nombres siguen. Wendy Riss Gatsiounis, una escritora de teatro, según contó, sufrió los inapropiados avances de Dustin Hoffman en 1991, cuando ella tenía un poco más de 20 años y él 53. Según la escritora, le dijo: “Dejame preguntarte una cosa, Wendy, ¿alg una vez has tenido relaciones íntimas con un hombre de más de 40 años?”. Ante esa pregunta Riss se sintió confundida. “Nunca lo olvidaré. Retrocedió, abrió sus brazos y dijo: ‘Sería un nuevo y completo cuerpo que explorar’”.
Otro peso pesado señalado es Kevin Spacey. El actor Anthony Rapp lo acusó de acoso sexual en un episodio ocurrido en 1986. El hijo del actor Richard Dreyfuss aseguró también que Spacey lo manoseó cuando él tenía 18 años. Este y otros casos hi- Hace unas semanas Uma Thur man estuvo en el programa de televisión Access Hollywood donde dijo sentirse “enojada” ante el compor- cieron que el actor sea despedido por Netflix de la serie House Of Cards. El fotógrafo de moda Terry Richardson también cayó en la volteada tras haber sido denunciado por hostigamiento sexual por varias modelos. Chris Savino, guionistas de series infantiles como El laboratorio Dexter y Chicas Super poderosas, fue denunciado hasta por 12 mujeres que señalaron haber sido abusadas por él. Clima. Frente a este escenario, ¿cómo está hoy Hollywood? Axel Kuschevatzky tamiento abusivo de algunos ejecutivos de la industria del entretenimiento. Se la notó angustiada cuando dijo además que querí esperar a estar más tranquila para contar estuvo hace dos semanas en Los Angeles y dice que se vive un clima de paranoia importante. “Estamos frente a una suer te de cambio de paradigma, viendo en buena hora la forma de relacionarnos con otros ojos. Seguramente existieron y existen este tipo de casos, pero cabe preguntarnos: si en una fiesta de Hollywood una persona trata de seducir a otra, ¿eso es abuso?”, reflexionó Kuschevatzky a PERFIL. Para él existe un problema en todo este tema. “Muchos de los denunciantes están contando los casos en los medios y no en la Justicia. En este contexto de histeria colectiva, los medios se disputan quién tiene primero la primicia del nuevo abusador. Y cuanto más conocido sea el actor, mejor. Hay incluso una línea del periodismo pro Trump publicando denuncias “todo lo que tiene por decir ”. Fina lmente Uma habló desde su cuenta de Instagram donde expresó que se siente feliz “por estar viva”, por todas las personas que quiere y “por todos los que tienen el coraje de luchar por los demás. “Recientemente dije que estaba enojada y tengo varias razones, #MeToo, en caso de que no se hayan dado cuenta de mi cara. Creo que es importante tomarse un tiempo, ser justa ¡Feliz Acción de Gracias a todos! (Excepto a ti Harvey, y a tus malvados conspiradores. Me alegra que esto vaya despacio. No te mereces una bala)”, expresó Thurman. El mensaje concluyó con un “estén atentos”, acompañado el texto con una foto de su actución en Kill Bill. y haciendo foco en los abusos de figuras pro Partido Demócrata. Todo esto lo digo obviamente sin minimizar los hechos reales que por supuesto los condeno”.
Sulichin dice que el tema de los abusos es real y suma su repudio por sobre todas las cosas. Sin embargo, y en línea similar a la de Kuschevatzky, hace una diferenciación. “También está pasando que hay varios en busca de sus cinco minutos de fama. Una cosa son los tipos enfermos y violadores, como es el de Weinstein que es vox populi, y otro son las denuncias por algún comentario subido de tono que pudo hacer un director en un casting hace 20 años”, dice a PERFIL Sulichin. De los castings y de abuso de poder. De eso se trata la cuestión. Juan José Campanella lo dijo claro hace unos días en el programa Tiene la palabra: “Un set de filmación es un lugar muy proca z”. Y ag regó: “Hay mucho chiste subido de tono. En Hollywood hoy es común que un abogado reúna previamente a todos los actores y actrices y les cuente cómo hay que conducirse frente a este tipo de episodios”, expresó en ese ciclo de TN el ganador del Oscar por El secreto de sus ojos.
El productor Sulichin finaliza: “Estamos viviendo una época donde hay un macartismo de la era digital. La gente en las redes puede matar la carrera de un artista. Se tienen que investigar todos los casos. En este momento hay un clima de Gestapo en Hollywood... Ahora es todos contra todos”.
“Los medios se disputan quién tendrá al próximo abusador”, dijo Kuschevatzky.