Si no lo saca Diputados, Macri no descarta el DNU

Primero las comparaciones con episodios del pasado. Diciembre de 2001, lo más repetido. Algunos sosteniendo que las imágenes de gases y balas de gomas en pleno centro porteño no se veían desde hace 17 años. Otros recogieron el guante y recordaron que en ese momento se daba la particularidad de que también el peronismo estaba en la oposición. Interpretaciones que permite la grieta. Después llegó el momento de las especulaciones sobre las consecuencias políticas. ¿Y ahora cómo sigue la novela?

Con el acuerdo alcanzado ayer por el oficialismo y un grupo de gobernadores, el panorama del proyecto de reforma del sistema previsional pareció quedar allanado. Representantes de quince provincias se comprometieron no sólo a dar quórum sino a dar su voto por la afirmativa.

Sin embargo, hasta que la iniciativa se transforme en ley la incertidumbre se seguirá respirando en los pasillos del Congreso. Y en ese marco se pueden esbozar por lo menos tres escenarios de lo que podría suceder en el futuro político inmediato.

El primero es el ideal para el gobierno de Mauricio Macri. Que el lunes a las 14 se sienten rápidamente 129 diputados para garantizar el quórum y dar inicio a la sesión. Es de esperar que de nuevo haya manifestaciones fuera del Congreso, pero la apuesta oficial es que un número consolidado despeje dudas y sea una señal de respaldo político a un proyecto que encendió la polémica desde que vio la luz.

Ese escenario solo va a ser posible si se cumplen los acuerdos ayer firmados. Fuentes del oficialismo aseguraban durante las últimas 48 horas que varios gobernadores ya habían garantizado su acompañamiento y no cumplieron. Tropezar dos veces con la misma piedra sería calamitoso.

En el segundo escenario, el rol de la oposición, sobre todo del kirchnerismo y la izquierda, se vuelve clave. Es el que se puede dar si se repite la imagen del jueves, con los diputados a los gritos e insultos intentando frenar el normal desempeño de la cámara. Hay oficialistas que pensaron que si se iniciaba la sesión los opositores iban a estar todo el tiempo generando escándalo. Hasta que el lunes no empiecen los discursos con normalidad, ese escenario no va a estar descartado.

Para que ese escenario tenga menos razón de ser es condición necesaria que el quórum sea alcanzado con relativa comodidad. Caso contrario, volverá a ser caldo de cultivo.

El tercer escenario es el que más problemático sería para el futuro político. Si vuelve a fracasar la sesión, ya sea porque los gobernadores no cumplen el acuerdo o porque vuelven a darse incidentes que obligan a ponerle un freno, el Gobierno tiene la decisión de avanzar con la reforma a través de un decreto de necesidad y urgencia. Fue la idea del jueves, descartada luego de los reparos que planteó Elisa Carrió. El texto igual fue firmado por todos los ministros, a la espera de la decisión final de Macri.

Esa última opción, de concretarse, tendría consecuencias impredecibles y nuevos escenarios se abrirían en un convulsionado mapa político.