Perdió a su papá en un saqueo y ahora atiende el mismo súper
Lin Jang Xuan murió en 2013 cuando, en un intento de saqueo, un grupo de personas prendió fuego su supermercado en Glew, partido de Almirante Brown. Lin se había acostumbrado a los disturbios ya que en años anteriores los locales de la zona habían sufrido intentos de robo, por lo que los comerciantes y sus familias pasaban noches enteras en las veredas de los comercios.
Cuatro años después, su hija Liz atiende el mismo supermercado en el que falleció su padre. En pleno diciembre y con la noticia de intentos de saqueos en Moreno y Luján, Lin cuenta a PERFIL que ahora en Glew están más tranquilos. “Acá no pasó nada por ahora, ya no hay nada de eso”, relata.
Después de la muerte de su padre, Lin volvió a China pero a los pocos meses decidió regresar a la Argentina. “Ahora estoy bien. Fue muy duro, los vecinos nos ayudaron mucho en ese momento y ahora nos cuidamos entre todos si se sabe que puede pasar algo”, dice mientras atiende la caja registradora del local que debió reconstruir junto a su hermano Fernando luego de haber quedado destruido en los saqueos.
A diez cuadras de allí, Fernando atiende el otro supermercado familiar que también sufrió saqueos años anteriores. “Me quiero olvidar todo, no quiero recordar ese momento. Yo estaba acá cuando me avisaron y fui corriendo. No pude hacer nada”, contó sobre el saqueo que terminó con la muerte de su padre.
Fernando detalla que cada tres años viajan a China en donde tiene familiares, pero prefieren seguir viviendo acá. “En China hay trabajo, fuimos unos meses pero nos acostumbramos acá. Vine hace 15 años y me acostumbré. El único problema acá es la inseguridad, no se puede salir a la calle tranquilo, tengo hijos y trato de que no estén en la calle solos”, detalló.
La de Lin no fue la única muerte en los saqueos de 2013, ya que luego de una protesta policial que se extendió durante varios días que llevó a que se dieran saqueos y disturbios, se registraron más muertes en otras provincias en donde las fuerzas de seguridad reclamaban por un mayor salario.
En el territorio bonaerense, sin policías en las calles en aquel momento, cerca de 300 comercios sufrieron saqueos y, en aquel entonces, se estimó una pérdida de $ 90 millones. “Volvimos a abrir el supermercado porque con el incendio tuvimos muchas pérdidas. Seguimos trabajando y pagando deudas, ahora no podemos cerrar si hay rumores de saqueos, no podemos perder plata”, relató Fernando.