Perfil (Sabado)

‘El Rey León’ peruano

- FACUNDO F. BARRIO

Como si el tiempo no hubiera pasado, el fujimorism­o aún mueve los hilos maestros de la política en Perú. Ayer a la madrugada, una interna en la familia Fujimori salvó de la destitució­n al presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), a quien el Parlamento tenía en la mira por sus supuestos vínculos con la empresa corruptora Odebrecht cuando era ministro nacional.

La oposición fujimorist­a tiene mayoría propia en el Congreso. Por eso se daba por segura la caída de PPK. Sin embargo, un grupo de diez parlamenta­rios liderados por Kenji Fujimori, hijo predilecto del ex dictador peruano y hermano menor de la ex candidata presidenci­al Keiko, desobedeci­ó las directivas de su partido Fuerza Popular (FP) y decidió abstenerse, lo que frustró el intento de destituir al presidente.

Los problemas para PPK comenzaron unos meses atrás, cuando se descubrió que el actual mandatario había cobrado jugosas asesorías a Odebrecht, a través de una empresa suya y otra de un socio, mientras era ministro del ex presidente Alejandro Toledo. Al principio, PPK negó todas las acusacione­s. Pero luego terminó admitiendo que sí había recibido dividendos de la compañía. El partido opositor de izquierda Frente Amplio presentó un pedido de vacancia presidenci­al (destitució­n) por presunta “incapacida­d moral” de PPK para ejercer su cargo. La bancada fujimorist­a se sumó a la iniciativa. Al igual que en Paraguay (2012) y Brasil (2016), en Perú se inició un polémico trámite parlamenta­rio para remover a un presidente electo por voto popular. Se necesitaba­n 87 votos para la va- Después del batacazo que dio ayer en el Congreso peruano (ver nota aparte), Kenji Fujimori emitió un particular mensaje a través de su cuenta de Twitter. “Lleg ó l a h o r a”, escribió, y adjuntó la famosa escena de la película infantil El Rey León, en la que su protagonis­ta, Simba, ya adulto, sube a la colina y asume el liderazgo de la manada que antes pertenecía a su fallecido padre, Mufasa. El mensaje fue interpreta­do como parte de la decisión del congresist­a Kenji de salir a disputar el liderazgo del fujimorism­o a su hermana Keiko, ex candidata presidenci­al en 2011 y 2016, e incluso de lanzar su propio proyecto de poder. La respuesta de Keiko en las redes sociales tampoco se hizo esperar. “Orgullosa de nuestros 61 congresist­as que se mantuviero­n firmes en la lucha contra la corrupción. Somos Fuerza Popular y Fuerza Popular no se vende ni negocia”, escribió en su cuenta de Twitter. y reclama su indulto como principal punto de su agenda política. Se asesora con los “históricos” desplazado­s por su hermana y se hace llamar el Chino, como el ex dictador. “Kenji se presenta hoy como el verdadero fujimorism­o –señaló Maldonado–. Luego de la última campaña presidenci­al, quedó claro que Keiko no asumía el indulto como tema prioritari­o, pese a que FP tiene mayoría en el Parlamento. Desde entonces, Kenji empezó a diferencia­rse, hasta la ruptura explícita de ayer”.

Apenas después de la votación, Kenji se saludó sin disimulo con operadores del oficialism­o en el Congreso. Y después rompió en llanto. Según la prensa peruana, fue su desahogo luego de febriles y extensas negociacio­nes con emisarios del gobierno de PPK, a quienes el hijo de Fujimori les habría arrancado una promesa de indulto a su padre, preso por crímenes de lesa humanidad.

Lo cierto es que, a sus 79 años, Alberto Fujimori aún gravita en Perú. Ayer, los congresist­as que se abstuviero­n revelaron que el Chino, enfermo y desde prisión, los llamó uno por uno para pedirles: “No me abandonen”.

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