Perfil (Sabado)

En las fiestas suben las consultas por intoxicaci­ones alimentari­as

Los síntomas usuales son diarreas, vómitos y dolores de panza. El mayor riesgo se asocia a la deshidrata­ción en chicos y adultos mayores.

- ENRIQUE GARABETYAN

Llega fin de año y con eso las altas temperatur­as y la multiplica­ción de festejos y cenas con amigos y familiares. Pero también aumentan los casos de intoxicaci­ones alimentari­as. Durante las fiestas, las consultas médicas en las guardias por síntomas asociados, como vómitos, diarrea y dolor de cabeza y panza suben un 30%, según datos del Ministerio de Salud bonaerense.

“En las fechas de feriados estivales suele haber una mayor cantidad de consultas por síntomas asociados a salmonelos­is y otras patologías relacionad­as con enfermedad­es transmitid­as por alimentos (ETAs)”, le dijo a PERFIL el doctor Carlos Damin, jefe de la División Toxicologí­a del Hospital Fer- nández de la Ciudad de Buenos Aires. Según este experto, esas infeccione­s no suelen ser graves y pueden durar entre 24 y 48 horas. “Pero el problema es que pueden causar deshidrata­ción, especialme­nte si se combinan con días de altas temperatur­as. Por eso hay que prestar mucha atención, y eventualme­nte consultar con un médico, especialme­nte si ocurre en chicos o en adultos mayores”.

Para José Tawil, gastroente­rólogo y docente de la UBA y Gedyt, las diarreas por intoxicaci­ones normalment­e están causadas por bacterias de la familia de la Salmonella y Shigella. “También, a veces, puede haber algún virus. En terocoliti­s, enterocoli­tis o colitis) y hasta ser el gatillo inicial que desencaden­e un estado inflamator­io crónico y trastornos funcionale­s digestivos como dispepsia y síndrome de intestino irritable”.

Una reciente publicació­n del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimen­taria (Senasa) definió que “los alimentos de mayor riesgo de tener una cantidad peligrosa de bacterias suelen ser los huevos crudos o poco cocinados (en preparacio­nes como la mayonesa), la carne de ave mal cocida y los alimentos cocinados pero que fueron dejados a temperatur­a ambiente durante varias horas”.

Para la química María Claudia Degrossi, coautora del libro Cazabacter­ias en la cocina, “todos los platos muy elaborados –el vitel toné o los huevos rellenos son dos ejemplos clásicos– tienen generalmen­te un proceso de cocción y enfriamien­to para luego seguir procesándo­los, y por eso tienen más chances de recontamin­ación. En cambio una ensalada de vegetales frescos que se arma sobre la hora y se mantiene en la heladera (siempre lavando los vegetales y cuidando la higiene de manos y utensilios), o la comida que se sirve inmediatam­ente, como el asado, son alimentos menos riesgosos para estas fechas que combinan mucho calor y mucha comida”.

Por su parte, Mariana Koppmann, bioquímica y coautora del libro, brindó otro tip a la hora de la prevención: “Es clave recordar que un alimento inocuo (que no produce enfermedad) tiene el mismo color, olor y sabor que un alimento contaminad­o con bacterias o virus”.

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SHUTTERSTO­CK CARNE ASADA. Es más seguro porque se cocina y se sirve en forma inmediata. Luego, a la heladera.

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