En las fiestas suben las consultas por intoxicaciones alimentarias
Los síntomas usuales son diarreas, vómitos y dolores de panza. El mayor riesgo se asocia a la deshidratación en chicos y adultos mayores.
Llega fin de año y con eso las altas temperaturas y la multiplicación de festejos y cenas con amigos y familiares. Pero también aumentan los casos de intoxicaciones alimentarias. Durante las fiestas, las consultas médicas en las guardias por síntomas asociados, como vómitos, diarrea y dolor de cabeza y panza suben un 30%, según datos del Ministerio de Salud bonaerense.
“En las fechas de feriados estivales suele haber una mayor cantidad de consultas por síntomas asociados a salmonelosis y otras patologías relacionadas con enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs)”, le dijo a PERFIL el doctor Carlos Damin, jefe de la División Toxicología del Hospital Fer- nández de la Ciudad de Buenos Aires. Según este experto, esas infecciones no suelen ser graves y pueden durar entre 24 y 48 horas. “Pero el problema es que pueden causar deshidratación, especialmente si se combinan con días de altas temperaturas. Por eso hay que prestar mucha atención, y eventualmente consultar con un médico, especialmente si ocurre en chicos o en adultos mayores”.
Para José Tawil, gastroenterólogo y docente de la UBA y Gedyt, las diarreas por intoxicaciones normalmente están causadas por bacterias de la familia de la Salmonella y Shigella. “También, a veces, puede haber algún virus. En terocolitis, enterocolitis o colitis) y hasta ser el gatillo inicial que desencadene un estado inflamatorio crónico y trastornos funcionales digestivos como dispepsia y síndrome de intestino irritable”.
Una reciente publicación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) definió que “los alimentos de mayor riesgo de tener una cantidad peligrosa de bacterias suelen ser los huevos crudos o poco cocinados (en preparaciones como la mayonesa), la carne de ave mal cocida y los alimentos cocinados pero que fueron dejados a temperatura ambiente durante varias horas”.
Para la química María Claudia Degrossi, coautora del libro Cazabacterias en la cocina, “todos los platos muy elaborados –el vitel toné o los huevos rellenos son dos ejemplos clásicos– tienen generalmente un proceso de cocción y enfriamiento para luego seguir procesándolos, y por eso tienen más chances de recontaminación. En cambio una ensalada de vegetales frescos que se arma sobre la hora y se mantiene en la heladera (siempre lavando los vegetales y cuidando la higiene de manos y utensilios), o la comida que se sirve inmediatamente, como el asado, son alimentos menos riesgosos para estas fechas que combinan mucho calor y mucha comida”.
Por su parte, Mariana Koppmann, bioquímica y coautora del libro, brindó otro tip a la hora de la prevención: “Es clave recordar que un alimento inocuo (que no produce enfermedad) tiene el mismo color, olor y sabor que un alimento contaminado con bacterias o virus”.