Contra el buen gusto prefabricado
THE DISASTER ARTIST: OBRA MAESTRA The Disaster Título original: Artist Dirección: James Franco Guión: Scott Neustadter y Michael H. Weber, basados en el libro de Greg Sestero y Tom Bissell Intérpretes: James Franco, Dave Franco, Seth Rogen, Alison Brie y Ari Graynor Origen: Estados Unidos (2017) Duración: 104’
James Franco es una mezcla cool de varias ansiedades y obsesiones de la idea de “celebridad”: Franco, es modelo de marcas como Gucci y también per fecta parodia de sí mismo (sabe reírse de algunos de sus tics como actor y no tanto de aquellos como creador). Comprime en sus tensiones y hits una forma de vivir la cultura popular que podría ser considerada tan gestual como disparatada: mientras era éxito en taquilla mainstream hizo intencionalmente novelas rosa a la tres de la tarde, cuando era invitado de Saturday Night Live filmaba un documental al respecto ahí mismo y así, cada uno de sus pasos, implica también una coreografía. Ningún paso parece sincero, y aun así, en cada movimiento, Franco altera las moléculas de determinadas etiquetas. Hace cine grande, pequeño, instalaciones, se deja pintar por Marina Abramoni, hace cortos para YouTube, responde en Instagram: Franco encierra en su hiperactividad, varias tonos, varios corsés culturales que él mismo certifica y anula.
Esa presentación es necesaria (y no) para entender The Disaster Artist: Obra Maestra, la película en la cual Franco como director y actor muestra el detrás de escena de la considerada “la peor película de todos los tiempos”, una obra de 2003 llamada The Room. La comedia, sentida y enamorada de sus habitantes, decide entonces fascinarse con este objeto, con su director, guionista y actor Tommy Wiseau, y desde su excentricidad, su extraña forma de ser torpe pero honesto, destruir nociones. The Room deviene entonces la pasta base para un cine que quiere destruir las etiquetas, que cree que el desastre puede ser lo mejor que le pasa a una obra. Franco se ríe de ellos y con ellos, de sus intenciones y sus esquirlas, de lo que lograron y de cómo eso se vive: entiende lo aburrido de creer solo en los santos griales o caca de perro en una pantalla, y decide jugar con ambos, decide generar la comedia que sabe, sin dudas, que el cine puede ser mucho más glorioso que nuestros torpes y acomodaticios juicios de valor.