Cuando la realidad llega como nunca al cine
15:17 TREN A PARIS Título original: to Paris Dirección: Clint Eastwood Guión: Dorothy Blyskal, basada en el libro The 15:17 to Paris: The True Story of a Terrorist, a Train, and 3 American Heroes, de Anthony Sadler, Alek Skarlatos, Spencer Stone y Jeffrey E. Stern Intérpretes: Spencer Stone, Alek Skarlatos, Anthony Sadler, Jenna Fischer y Ray Corasani Origen: Estados Unidos (2018) Duración: 90’ The 15:17
En su film Sully: hazaña en el Hudson (2016), Clint Eastwood se apoyó en un personaje real, un piloto de aviación que mediante un aterrizaje forzoso logró salvar más de cien vidas. Acá vuelve a hablar del heroísmo norteamericano y elige un hecho que ocurrió en 2015. El 21 de agosto de ese año, a bordo de un tren que partió de Amsterdam camino a París, un terrorista marroquí de 26 años, Ayoub El Khazzani intentó provocar una masacre. Pero la presencia de tres estadounidenses, tres pasajeros, los militares Spencer Stone y Alek Skarlatos y su amigo Anthony Sadler, lograron un acto impensado, redimir al criminal.
Eastwood dijo que con su película intentó hablar de la gente común que en un acto de valentía, cuando ve peligrar la vida de otro, es capaz de hacer algo impensado. En este caso, el someter al potencial asesino permitió a los jóvenes que lo apresaron ser condecorados por el presidente François Hollande. Claro que los tres héroes pudieron hacerlo porque estaban entrenados para situaciones similares, debido a su formación en la academia militar.
El varias veces ganador de un Oscar llevó adelante esta historia, invitando a los verdaderos protagonistas del hecho a que se pusieran frente a la cámara y recrearan aquella situación tal cual fue. El resultado no está del todo logrado, no sólo por las fallas de su guión, también porque los muchachos –Stone, Skarlatos y Sadler– no son actores, a pesar de su increíble entrega para lograr ser verosímiles. Así, el espectador es testigo del viaje a Europa de los jóvenes, con escenas tipo postales en París y otras ciudades, que resultan tan insulsas como monótonas y no aportan a una historia que comienza con una marcada tensión y planos detalle sobre el terrorista –a cargo de un actor, lógico– al que no se le ve la cara, continúa con flashbacks de la vida de los tres amigos en su etapa escolar y militar, para retomar luego el vértigo del atentado en los tramos finales. Por supuesto que Eastwood sabe dónde ubicar la cámara, pero esta vez a su historia le sobran minutos.