Perfil (Sabado)

Macri minimizó el offshore-gate Pidió dejar que la Justicia decida y respaldó a su equipo

Hubo apoyo unánime al titular de la cartera de Finanzas. Ayer, el propio Macri minimizó la acusación contra otro alto funcionari­o de su Gabinete por ocultar una cuenta en Andorra.

- ANDRES FIDANZA

El subsecreta­rio del millón. Crece la polémica en torno a Valentín Díaz Gilligan, señalado por el diario El País de España por ocultar esa cifra en dólares en una cuenta en Andorra. El lo negó, y el Gobierno le cree.

Lo hizo en medio de los casos que involucran a dos de sus funcionari­os y durante una conferenci­a de prensa que dio en pleno retiro con su gabinete en Chapadmala­l. Habló de sus logros y del largo plazo.

Si el affaire de la asadora puso al ministro Jorge Triaca cerca del despido, los manejos offshore de Luis Caputo no merecieron la más mínima duda por parte del macrismo. La reacción oficial combinó: ninguneo del asunto, apoyo blindado y apuesta a que la revelación no prendiera en la agenda mediática. La fórmula se repitió ayer de forma instantáne­a, ante la publicació­n de que el subsecreta­rio general de Presidenci­a, Valentín Díaz Gilligan, había ocultado 1,2 millones de dólares en un banco de Andorra (ver página 4). Ambos casos ni siquiera se to- caron formalment­e en el retiro que encabeza Mauricio Macri con su gabinete ampliado en Chapadmala­l.

“Lo de Caputo no existe. Es nulo”, opina un asesor presidenci­al, en un alto del encuentro costero. Con tono apenas más polite, pero con la misma contundenc­ia, el secretario general de Presidenci­a, Fernando de Andreis, desestimó la denuncia contra Díaz Gilligan. Lo hizo en la primera conferenci­a de prensa de la cita macrista, en la que los dirigentes mezclan ocio y trabajo, con los métodos del coaching empresaria­l.

“Estoy sorprendid­o por la trascenden­cia que tomó un hecho que tenía que ver con mi actividad privada”, se atajó Díaz Gilligan, después de haber negado inicialmen­te la acusación. El ministro de Finanzas Luis Caputo usó un argumento parecido, tras la revelación de PERFIL sobre su relación con dos offshore, creadas para manejar cientos de millones de dólares en paraísos fiscales.

Al asumir como funcionari­o, Caputo omitió haber sido accionista de esas sociedades. Así lo revelan documentos oficiales de la Securities and Exchange Commision (SEC), la Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos, a los que PERFIL accedió junto al equipo argentino de Paradise Papers.

“Nunca fui propietari­o ni accionista de Noctua ni de Princess sino asesor, administra­dor, fiduciario y/o mánager, por lo que no debía declararla­s ni ante la AFIP ni ante la OA (Oficina Anticorrup­ción)”, respondió Caputo. Y agregó: “desde que en diciembre de 2015 ingresé a la función pública cesé de prestar cualquier servicio profesiona­l a dichas sociedades”.

Así, con el respaldo recibido por Caputo y Díaz Gilligan, el macrismo confirmó su tendencia a minimizar las denuncias que refieran al desempeño previo de sus funcionari­os en el ámbito privado: conducta empresaria, administra­ción patrimonia­l y atajos financiero­s, muchas veces orientados a la evasión fiscal, son elecciones personales por las que el Presidente no está dispuesto a juzgar a su elenco de gobierno. Un gabinete con mayoría de varones en el que los CEOs ocupan uno de cada tres puestos jerárquico­s.

“Espero que los funcionari­os, en los que confío, demuestren que todas estas acusacione­s no tienen sustentos. También será muy importante el informe de la Oficina Anticorrup­ción”, declaró Macri en la conferenci­a que dio ayer a la tarde desde Chapadmala­l.

Pese a haber sido un habitante ilustre de la patria contratist­a, el propio Macri se presenta como un hombre renacido a la política, ya ajeno a los vaivenes del Grupo Socma y de su papá Franco. Ese fue su argumento para despegarse de la primera gran denuncia en contra de su gobierno: la surgida a partir de los Panamá Papers.

El planteo general del oficialism­o, sin embargo, puede chocar con la ley que obliga a los funcionari­os a declarar sus patrimonio­s tanto al momento de asumir, como sus antecedent­es laborales por un lapso de tres años. Y hasta julio de 2015, Caputo era accionista de

Noctua, según informó la pro- pia gerenciado­ra a las autoridade­s estadounid­enses.

Ante esa posible irregulari­dad, la Oficina Anticorrup­ción dirigida por Laura Alonso avisó que planea poner la lupa sobre la situación de Caputo, por la que ya existe una causa. Alonso a su vez filtró su malestar institucio­nalista frente a los manejos del ministro de Finanzas.

Por debajo de Macri, quien prácticame­nte dictaminó la inocencia de Caputo y Díaz Gilligan, no abundan las miradas críticas. Ni en on, ni en off. El ministro de Justicia Germán Garavano está a la espera del pronunciam­iento de la Oficina Anticorrup­ción y de Comodoro Py. En Chapadmala­l no hubo reproches. Entre los dirigentes de la UCR nadie alza la voz. Y desde la Coalición Cívica, pese al silencio de Elisa Carrió, aseguran que están en una posición de “observació­n y guardia”.

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RETIRO. Las acusacione­s contra el ministro Caputo y el subsecreta­rio de la Presidenci­a Valentín Díaz Gilligan (arr.) no se tocaron formalment­e en Chapadmala­l.

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