La seguridad alimentaria
Financiado por el Ministerio de Desarrollo Social y ejecutado por el INTA, el Prohuerta que está pronto a cumplir los 28 años es ejemplo de un programa de amplio alcance con resultados palpables. Si bien en los comienzos se enfocó en un programa de seguridad y soberanía alimentaria para que las familias pudieran acceder mediante la producción de huertas y pequeñas granjas a hortalizas, huevos y carne de gallina, desde hace algunos años se sumaron otras líneas de trabajo, entre ellas productores que ya no son sólo familias que hacen huerta en el fondo de la casa, sino que se trata de quinteros y horticultores que producen para vender su cosecha con un enfoque agroecológico. Esta semana se abrió la inscripción 2018 para proyectos especiales y el Coordinador ProHuerta AMBA, Delta, Francisco Pescio recordó: “Tenemos técnicos que acompañan a los producto- res para que puedan incorporar conceptos agroecológicos y puedan vender mejor. Por supuesto que seguimos apoyando la línea tradicional del Prohuerta que es el autoconsumo de las familias mediante talleres, huertas en escuelas, cooperativas de Argentina Trabaja”, dijo Pescio. Respecto de los proyectos especiales, si bien hay convocatorias que son para comedores comunitarios, pequeños grupos de productores o huerteros, “la actual está pensada para asociaciones de productores familiares, grupos de hortícolas”, corroboró Pescio. “El requisito principal –remarcó– es que no se trabaje con gente individual sino con grupos de productores. Hay líneas específicas: acceso al agua y agregado de valor. Se hace hincapié en los espacios donde trabajan mujeres, jóvenes y población en situació n de riego social”, dijo, y abrió el juego. Ahora, es momento de participar. ■
“El ProHuerta sigue apoyando el autoconsumo de las familias”.