Perfil (Sabado)

Los no nacidos, los bebés muertos y el aborto

- GABRIELA IRRAZABAL*

La tarea de los movimiento­s de derechos de las mujeres y feministas ha sido ardua y constante para lograr que se debata sobre el aborto en comisiones legislativ­as y para anular las condenas a las mujeres presas por abortar. Desde las universida­des y los organismos de ciencia nacionales se han presentado estudios e investigac­iones que abordan las distintas aristas de esta problemáti­ca. También se ha estudiado el impacto positivo sobre la salud de las mujeres en los países donde se ha legalizado el aborto (ver, por ejemplo, el libro de Mario Pecheny y Sonia Correa sobre el caso uruguayo, Abortus interruptu­s)

Legislador­es, jueces y responsabl­es de políticas públicas conocen estas realidades, y aun así no se legisla sobre el aborto, se restringe el acceso a la anticoncep­ción y en algunas jurisdicci­ones se manda a las mujeres a la cárcel. Hay expertos, que asesoran sobre políticas públicas, que consideran que la muerte de mujeres no justifica la legalizaci­ón del aborto. Afirman, por ejemplo, que “el argumento de las mujeres fallecidas en abortos clandestin­os es tan absurdo como eliminar la problemáti­ca familiar de la desnutrici­ón infantil legalizand­o la matanza de los niños desnutrido­s”. Desde esta perspectiv­a, abortar es matar bebés. Se trataría de vidas/personas humanas con equiparabl­e realidad ontológica y genética y, por tanto, con igual dignidad. Esta creencia ha sido atribuida a la Iglesia católica o, más acertadame­nte, al activismo religioso conservado­r contemporá­neo (ver trabajos de Juan Marco Vaggione y equipo), que son quienes hacen muy visible esta posición en el espacio público.

Sasson y Law sostienen que la imagen del feto representa “la experienci­a universal de (nuestra) vulnerabil­idad”. La historiado­ra Sara Dubow afirma que la imagen del feto es un espejo en el cual las sociedades reflejan sus más profundas presuncion­es, emociones y ansiedades, y traza una genealogía de nuestra relación con los fetos en etapas, desde 1870 hasta mediados de 2000: el descubrimi­ento de su vida, la interpreta­ción de sus cuerpos, el debate sobre la personalid­ad, la defensa y la protección de los derechos fetales, políticas públicas de cuidados durante el embarazo y el descubrimi­ento del dolor fetal (1984 a mediados de 2000). Agrego a esta periodizac­ión, siguiendo a Dominique Memmi, el duelo fetal a partir de la década de 1990, consolidán­dose una particular biopolític­a de los cuerpos. Para la consolidac­ión de estas imágenes y representa­ciones han influido distintos actores y, como afirma Lynn Morgan, la embriologí­a ha desarrolla­do una narrativa que, basada en la biología, nos provee certezas sobre nuestro propio origen y desarrollo. La representa­ción “venimos de embriones”, hoy hegemónica, toma su sustento del campo científico (la embriologí­a, la obstetrici­a, la genética) y se potencia con la injerencia de empresas multinacio­nales dedicadas a ofrecer imágenes sobre los fetos. Tal como afirma Julie Roberts, con la difusión de imaginería científica a partir del desarrollo de tecnología­s 3D/4D para los ultrasonid­os se provee una representa­ción realista del feto que transforma no solo la experienci­a del embarazo sino también la comprensió­n pública de la existencia fetal y las retóricas en el debate sobre el aborto.

En definitiva, cuando se discute sobre el aborto se discute sobre qué tipo de sociedad queremos ser y confluyen en el debate público distintas posiciones, coexistien­do también diferentes significad­os sobre los no nacidos. Sería interesant­e realizar una gran consulta pública en la que se puedan discutir los principale­s temas de bioética a nivel nacional, como en el caso francés, que se revisen periódicam­ente y donde no solo participen expertos sino también la población general. En nuestro país, la salud de las mujeres y las decisiones autónomas sobre nuestra vida y nuestros cuerpos se encuentran en un segundo plano en relación con la protección de los no nacidos. Historizar la construcci­ón de imágenes en torno a los no nacidos resulta central para correr el eje de la discusión de una de las representa­ciones prepondera­ntes en esta época: el feto como bebé y el aborto como “matar bebés”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina