El gran Richard Jenkins salva la película
En la muy buena serie documental Five Came Back, Guillermo del Toro dice, para referirse a la relación de Frank Capra con los militares durante la Segunda Guerra Mundial, “si había podido manejar la política de Hollywood, podía manejar cualquier política”. Dos elementos se desprenden de la frase y de la adhesión manifiesta de Del Toro a Capra. El primero es cuál es el precio, el sacrificio que paga cualquier artista tras lidiar con la política de los grandes estudios de cine. El segundo es cuántos lazos hay entre la obra del mexicano y la del director de Qué bello es vivir.
El arte de la política es negociar, conseguir fines en interminables negociaciones donde también se cede. El problema al aplicar la política a un arte colectivo como el cine, se reduce a un refrán: “Muchas manos en un plato hacen mucho garabato”. Es cierto que Del Toro ha conseguido con maestría edificar un lugar de privilegio en Hollywood, aun siendo extranjero. También parece, a la vista de los resultados en La forma del agua, que lo ha conseguido cediendo, quizás demasiado. Tanto que, por ejemplo, en este film candidato al Oscar, pierde homogeneidad en el discurso. La trama, agradable y nunca aburrida, jamás logra explotar. Tantas parecen ser las concesiones que se agregan elementos inconsistentes, morosos –¿a quién le importa el dedo podrido del villano, por ejemplo?–, pareciera que incluidos para satisfacer a alguien que desconocía lo que se estaba contando.
Y lo que se cuenta es la relación entre una mujer marginada –por su género y por su mudez– y un monstruo marginado. Es en esa elección de “amor entre descastados” que la reminiscencia de Del Toro pareciera apuntar más a Steven Spielberg y su E.T. que a Capra. No se plantea aquí el sentido de la vida, sino la forma en que lo desconocido es temido por el poder, y comprendido por los “outsiders”: la muda protagonista y el extraordinario personaje y trabajo de Richard Jenkins, que se roba la película y, en más de un sentido, la salva de morir ahogada en edulcorante.