Las FARC hacen agua en su debut en las urnas
Tras una campaña marcada por la violencia, la ex guerrilla se bajó de las presidenciales. Tiene un apoyo casi nulo. Habla uno de sus líderes.
Para las ex Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el debut en la política electoral no podría haber salido peor. Luego de una campaña empañada por reiterados escraches y agresiones contra sus dirigentes y simpatizantes, los ex guerrilleros se bajaron esta semana de las elecciones presidenciales de mayo luego de que su líder y candidato, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, sufriera un infarto que lo dejó fuera de carrera. La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) –nombre que adoptó la guerrilla desmovilizada tras los acuerdos de paz– apenas participará en los comicios legislativos de mañana, para los que tiene una intención de voto casi nula.
La frustrada campaña de las ex FARC transcurrió en un marco de creciente violencia política. En varias ocasiones, sus candidatos debieron suspender actos en distintos puntos del país y huir custodiados por la policía entre insultos, piedrazos y botellazos. Todo ello en un contexto en el que unos treinta ex guerrilleros y más de cien referentes sociales fueron asesinados en los últimos meses por paramilitares o grupos no identificados.
Las ex FARC atribuyen ese clima violento a agitadores profesionales presuntamente vinculados con el Centro Democrático, el partido del ex presidente Alvaro Uribe. Más allá de esas denuncias, también es cierto que el lanzamiento electoral de los ex guerrilleros devenidos candidatos resulta difícil de digerir para sectores de la población que sufrieron el conflicto armado en carne propia.
Aunque las encuestas les pronostican un pésimo resultado en las legislativas de mañana, los acuerdos de paz les garantizan a las ex FARC un piso mínimo de diez bancas en el Parlamento. Esa será su plataforma política una vez que se elija al nuevo gobierno en las elecciones presidenciales de mayo (ver recuadro).
Hasta la desmovilización, Julián Gallo Cubillos, alias “Carlos Antonio Lozada”, fue un guerrillero de alta jerarquía. Militó en las FARC desde los 17 años y llegó a integrar su Secretariado. Pragmático y eficaz, fue uno de los principales negociadores en La Habana ante el gobierno de Juan Manuel Santos. Hoy es miembro del Consejo Político Nacional de la FARC. Desde Colombia, dialogó con PERFIL sobre el accidentado estreno electoral.
—¿La política electoral resultó más difícil de lo que ustedes esperaban?
—En Colombia, la participación política de las fuerzas alternativas siempre enfrentó obstáculos creados. Incluso asesinatos sistemáticos de dirigentes políticos y sociales. Así que no nos sorprende, aunque sí esperábamos que, tras los acuerdos de paz, el Estado mostrara más voluntad para facilitar nuestro tránsito hacia la política electoral.
—¿Cómo toman el rechazo de algunos sectores ante la campaña de la ex FARC?
—Es natural que haya resis-
“El uribismo apeló a la violencia para impedir nuestra participación”, dijo Lozada a PERFIL
tencias; lo que no aceptamos es que se hayan orquestado provocaciones y agresiones. Hubo amenazas de muerte. La extrema derecha apeló a la violencia para impedir nuestra participación.
—¿Ustedes responsabilizan por eso al uribismo?
—Sí. Tenemos pruebas condundentes que presentamos ante la Fiscalía General. In- cluso candidatos del Centro Democrático hicieron gala de su intolerancia y salieron a provocar disturbios.
—Pero también hay ciudadanos con las heridas del conflicto a flor de piel.
—Dicho así, parece que en Colombia hubiera habido un solo victimario, y eso no es así. Aquí hubo una guerra interna que dejó 220 mil muertos. Los partidos tradicionales, que monopolizaron el control del Estado durante los últimos cincuenta años y que hoy compiten en las elecciones, también son responsables.
—¿Cuáles serán sus prioridades en el Congreso?
—En primer lugar, la implementación plena de los acuerdos de paz. Está pendiente el tema rural, que incluye la le-