Dólar quieto, tasa alta y ancla salarial, la triple estrategia antiinercia
Con las metas de inflación como un objetivo lejano, en el Gobierno empiezan a asumir que tienen que dejar de confiar solo en la tasa de interés como herramienta antiinflacionaria, y parecieran decididos a jugar con todas las armas para tratar de conseguir un objetivo: quebrar la expectativa de inflación de 20% hacia delante. ¿Para qué? Para conseguir en 2019 tener el primer año con una inflación que empiece con 1 después de 11 años.
Así, en las últimas jornadas la conducción económica ha tomado tres caminos claros, algunos ya transitados, otros novedosos:
El BCRA frenó hace semanas ya el descenso de tasas de interés y las mantiene en 27,25%.
La misma autoridad monetaria, en un hecho que hasta ahora era inédito, no solo está usando cotidianamente las reservas del Banco Central para que el dólar no suba y esté clavado en el orden de los $ 20,50 (de hecho ya consumió US$ 2 mil millones en marzo); en su último comunicado de política monetaria, puso por escrito que “no se esperan depreciaciones significativas del peso en los próximos meses”. Es decir, lejos de fomentar la incertidumbre del tipo de cambio flotante, que fue mantra de esta conducción del organismo, se avisa que no habrá cambios para evitar cualquier especulación y traslado a precios.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Trabajo acumula anuncios de paritarias grandes al 15%, aun con varios pluses, pero remarcando ese número.
Todo en un contexto donde cada vez más analistas hablan de quebrar la inercia. La triple estrategia parece apuntarle.