Una bomba mató a dos soldados de la coalición internacional en Siria
Dos miembros de la coalición internacional que lucha contra el yihadismo en Siria, un estadounidense y un británico, murieron y otras cinco personas resultaron heridas al estallar un artefacto explosivo, informaron ayer el Pentágono y el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
El ataque, que fue en Manbij, norte del país, donde están desplazados los soldados estadounidenses, ocurrió el jueves en la noche, el mismo día en que el presidente Donald Trump anunció que su país se retirará de Siria “muy pronto”.
“Dos miembros de la coalición murieron y cinco resultaron heridos por un artefacto explosivo improvisado en Siria”, indicó la coalición bajo mando estadounidense.
Aunque no precisó la nacionalidad de las víctimas, un responsable del Pentágono dijo que uno de los dos soldados era estadounidense. Por su lado el Ministerio de Defensa británico reveló la nacionalidad del segundo soldado muerto.
“Lamentamos confirmar que un miembro de las fuerzas armadas británicas murió ayer a causa de un artefacto explosivo improvisado” indicó un portavoz del ministerio en un comunicado, que precisó que “participaba en una operación de las fuerzas estadounidenses EI”.
Mohammed Abu Adel, jefe del Consejo Militar de Manbij, un grupo árabekurdo apoyado por Estados Unidos, dijo que la bomba estalló cerca del cuartel general del Consejo. Autores. Por el momento ningún grupo reivindicó la responsabilidad en el ataque.
El vocero de la coalición, el coronel Ryan Dillon, se limitó a decir que “hay una investigación en curso para identificar a los autores: nosotros tenemos una primera idea, pero no la compartiremos hasta que la investigación haya sido completada”.
Manbij, una zona mixta árabe-kurda, en la frontera con Turquía, está ahora bajo la amenaza militar turca.
La región está controlada por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), dominadas por la milicia kurda YPG. La coalición internacional apoya a la YPG en el Norte y Este de Siria en la lucha contra los islamistas.
Para el gobierno turco, la milicia YPG tiene vínculos con los grupos “terroristas” kurdos que operan en el interior de Turquía.