Una mayoría a favor de la despenalización
En el discurso de la sesión de inicio de las actividades legislativa el Presidente sorprendió con el énfasis puesto en una agenda vinculada a cuestiones que atienden la equidad de género. Los medios entendieron eso como un giro feminista en la agenda del Gobierno. Un tema central en esa agenda es la despenalización del aborto o la suspensión voluntaria del embarazo. Al respecto, preguntamos a los entrevistados cuán de acuerdo o desacuerdo estaban con esta iniciativa: el 51% se manifestó de acuerdo, mientras que un 43% lo hizo en desacuerdo. Las mujeres están en un 54% a favor, mientras que los hombres en un 49%. Considerando el margen de error, no parece haber diferencias estadísticamente significativas entre ambos segmentos y en ambos casos las opiniones favorables son más que las en desacuerdo. Por nivel socioeconómico encontramos diferencias significativas. En los sectores de nivel socioeconómico alto (ABC1) el 67% se manifestó en favor de la despenalización, en los sectores medios las opiniones favora- bles alcanzan el 54%, mientras que en los sectores más bajos tan solo lo hizo el 39%. En éstos últimos las opiniones en desacuerdo son mayoritarias (51%). El dato es paradójico, porque parte del argumento en favor de la despenalización se ha sostenido en la desigualdad de recursos para la práctica del mismo y, en consecuencia, para proteger a los sectores más vulnerables.
Otra diferencia notable en las opiniones es de corte territorial/regional. Mientras en CABA el 73% está de acuerdo con la despenalización del aborto, en Cuyo tan solo el 32% está de acuerdo y el 58% en desacuerdo. Una estructura similar en las opiniones encontramos en el NOA, con un 35% de acuerdo y un 55% en desacuerdo. En el GBA, en la PBA y en la Patagonia, las opiniones en favor son mayoritarias. Las diferencias regionales parecen repetir la distribución de preferencias previas a la sanción de la Ley de matrimonio igualitario. Transversal. Otro corte que separa aguas en relación a la despenalización del aborto es el político. Dentro del grupo de los que definimos como “oficialistas duros” el 42% está de acuerdo, mientras que el 53% está en desacuerdo. El grado de acuerdo sube entre los “oficialistas moderados” a 47%, y sigue subiendo entre los “opositores moderados” a 53%. Entre los que definimos como “opositores duros” el 66% está de acuerdo con la despenaliza- ción del aborto. Como se puede apreciar, también las posiciones políticas de los entrevistados dividen las aguas sobre este asunto.
En resumen, la opinión pública se muestra mayoritariamente en favor de la despenalización del aborto, aunque esto no constituye un consenso social unívoco en todos los segmentos. Si los diputados reflejan estas opiniones, sin duda un proyecto en favor de esta medida debería recibir mitad de sanción en la Cámara baja. Del mismo modo que, juzgando por la distribución territorial de las preferencias, probablemente en el Senado encuentre menos adhesión.