VOLVER AL OESTE
Garnet, Granite y Bannack, en el oeste americano, se enriquecieron con la fiebre del oro pero devinieron pueblos fantasmas. Los viajeros los hacen revivir.
Cuatro competidores están listos para dar todo de sí. Animados con el griterío, empiezan a correr 50 metros de ida y vuelta. La carrera de sacos es probablemente el evento más duro del Garnet Interpretive Day, una jornada de puertas abiertas en esta ciudad fantasma. Una vez al año, Garnet, situada a poco más de una hora en coche al este de Missoula, resucita totalmente. Una banda toca música, los visitantes pueden buscar oro y observar cómo en el pasado se hilaba lana y se tejían alfombras. Algunas mujeres visten ropa amplia con enaguas que llegan hasta el suelo. Lo que alrededor del año 1900 era el día a día vuelve durante un par de horas como fiesta familiar. Ya al día siguiente, casi todas las casas de Garnet están otra vez abandonadas. Garnet se presenta a sí misma como la “ciudad fantasma mejor conservada de Montana”. Sin embargo, en este estado norteamericano hay otros restos bien conservados de lo que fueron poblaciones entre 1860 y 1920. Por ejemplo Virginia City, que con sus casas de madera y excursiones en diligencia atrae a muchos turistas. La diferencia es que en Virginia City todavía viven algunas personas de forma permanente. Tres de esas localidades totalmente desiertas están situadas en el suroeste y el oeste de este estado de las Montañas Rocosas: Bannack, Granite y Garnet, desde luego. En las cercanías de Garnet ya se había encontrado oro en la década de 1860. La pequeña ciudad vivió su mayor esplendor entre 1895 y 1917. Sin embargo, Garnet no fue una típica ciudad del Oeste Salvaje con héroes pistoleros, burdeles y salas de juego. La vida familiar fue lo que marcó el ambiente en la ciudad. Muchas de las casas de madera de aquel entonces siguen en su sitio, como el Kelley’s Saloon y el otrora lujoso J.K. Wells Hotel de 1897. Sin embargo, en 1947 la localidad estaba muerta, porque el oro se había acabado. Granite es una ciudad fantasma situada 80 kilómetros al sur de Garnet. En ella vivieron unos 3 mil trabajadores. En la Unión Hall de 1890, un edificio de tres plantas, había una biblioteca, un salón de baile y funciones de teatro para 500 espectadores. Había restaurantes a ambos lados de las calles. La localidad tenía una empresa de edición de periódicos, un barrio chino y un barrio rojo. Poco de ello quedó, porque el fin del boom de la plata, a partir de 1893, marcó el fin de Granite, y poco después la naturaleza comenzó a reconquistar la localidad. Bannack está situada a 2,5 horas en coche hacia el sur. También aquí se buscaba oro, con cada vez menos éxito. Los últimos habitantes abandonaron la localidad en 1980. El State Park, que comprende unos sesenta edificios históricos, atrae cada año a unos 36 mil visitantes. El tercer fin de semana de julio se celebran cada año las Jornadas de Bannack. Durante esos días, en la ciudad fantasma de hoy se puede percibir otra vez el espíritu de la vida de antes.