Macri, arropado por la elite liberal latinoamericana
El Presidente y el chileno Piñera fueron el centro de una noche con empresarios y políticos. Ovación a la promesa de no reconocer las elecciones en Venezuela.
Suena curioso que el lugar donde el presidente Mauricio Macri se sintió más a gusto en una semana marcada por la volatilidad de los números haya sido en la cuna del poder liberal. El jueves a la noche, la Fundación Libertad celebró sus 30 años con una gala en el Golden Center de Parque Norte de más de mil invitados, locales e internacionales, y ningún cultor del laissez faire, laissez passer se lo quiso perder.
Acompañado del presidente chileno, Sebastián Piñera, de visita en el país en su primer gira tras su retorno a La Moneda, Macri sorteó sin mayores dificultades las preguntas del Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Aún las preguntas menos cómodas en el simulacro de entrevista no bastaron para despeinarlo. Si en el fondo, y ellos lo reconocen, a los
En público y en privado, Macri se arroga el haber destronado el “mesianismo”
tres los une tanto el culto a la “libertad” como el profundo rechazo al “populismo” que gobernó Latinoamérica durante la última década.
En público y en privado, Macri se arroga el haber destronado esa clase de “mesianismo” de su país. Piñera es algo más cauto: afirma, más bien, que sacudió las estanterías de un Chile en el que la Concertación se había enquistado por 20 años. En las mesas, gran parte del Gobierno y el empresariado local los escucharon con atención. También otros referentes regionales con menos suerte en sus aventuras liberales, como el ex presidente boliviano Jorge Quiroga y el banquero ecuatoriano Guillermo Lasso. Ninguno disimuló su sonrisa cuando Macri insistió en desconocer las próximas elecciones venezolanas de mayo. Tampoco Vargas Llosa. En definitiva, todos saben que ahora son mayoría y la taba política se dio vuelta en Latinoamérica.