Perfil (Sabado)

La inclusión financiera en América Latina

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IGNACIO E. CARBALLO / UNIVERSIDA­D DE MADRID

El pasado 19 de abril se lanzó la tercera versión del informe Global Findex realizado por el Banco Mundial con datos a 2017 (el primero fue en 2011 y el segundo, en 2014). El motivo por el cual es la base más relevante en inclusión financiera excede al simple hecho de contar con cientos de miles de entrevista­s representa­tivas a nivel global creando cientos de indicadore­s para más de 140 países.

El punto central está en el hecho de que estos datos se obtienen desde la demanda (encuestas a la población) a diferencia de las métricas frecuentem­ente utilizadas sobre la ofer ta ( productos y servicios financiero­s informados por institucio­nes). En otras palabras, los datos del Findex representa­n el acceso y uso efectivo de los servicios financiero­s pues, si bien puede haber muchas cuentas o productos colocados en una economía, si su población no los reconoce o informa utilizarlo­s, no podemos hablar de inclusión financiera efectiva.

A nivel global, unos 3.800 millones de adultos informaron tener una cuenta en un banco o un proveedor de dinero móvil en 2017. Esto es el 69% de la población adulta del planeta. En términos absolutos implica que unos 1.200 millones de adultos se bancarizar­on desde 2011 y 515 millones desde 2014. A continuaci­ón se exponen algunos resultados para América Latina:

Cuentas: el Global Findex 2017 denotó que el 54,4% de los adultos en América Latina y el Caribe tiene acceso a cuenta (aprox. 247,3 millones de los 454,7). Esto implica un incremento relevante comparado al 51,4% relevado en 2014 y el 39,3% de 2011. No obstante, aunque significat­ivo, todavía el 45,6% (207 millones) de la población adulta de la región se encuentra sin acceso al sistema financiero y se observa una desacelera­ción en 2017 con respecto a la tasa de crecimient­o 20112014. También se redujo el ratio de personas que declaran realizar al menos una extracción o movimiento de su cuenta, pasando del 85,2% al 74,8% en 2017.

Tarjetas: el número de adultos con cuenta que declara ser propietari­o de una tarjeta de débito se vio inalterado, al igual que en 2014 se sostuvo en 41% (en 2011 fue del 29%). Sin embargo, sí se redujo la proporción de personas que declara hacer uso de dicha tarjeta, pasando del 28% en 2014 al 24% en 2017. El número de personas que declara utilizar cualquier tipo de tarjeta de débito (titular o no) se contrajo del 32% al 29%. Los guarismos de titu- laridad y uso de tarjetas de crédito también cayeron, del 22% al 19% y del 18% al 16% respectiva­mente.

Crédito: en cuanto al acceso al crédito, los ratios muestran pérdida de dinamismo. Los encuestado­s que declaran tener un crédito vigente cayeron del 9,6% en 2014 al 5,2% en 2017. Los ratios para América Latina muestran también que las personas que pidieron dinero por cualquier motivo durante los últimos doce meses cayeron de un 42% en 2014 a un 38% en 2017. Hay que resaltar que el ratio que informan haber pedido un crédito de una institució­n financiera se contrajo del 12% al 10%, mientras que aquellas que lo hicieron de algún familiar o amigo se incrementa­ron del 13% al 15%, denotando una profundiza­ción del financiami­ento informal.

Brechas: al igual que a nivel global, persisten algunas desigualda­des. La brecha por ingresos entre el 60% más rico y el 40% más pobre creció, pasando del 17,9% en 2014 al 20,5% en 2017. A su vez, mientras la brecha de género en el acceso se observó inalterada en 7% a nivel global y 9% en las economías en desarrollo, en América Latina se profundizó, al pasar del 5,8% al 6,5%, con 58,6% de los hombres con acceso frente al 52% de las mujeres para 2017. La brecha de ahorro informal/formal se redujo pero solo marginalme­nte (del 26,8% al 25%) como consecuenc­ia de una caída más que proporcion­al en el ahorro total (pasó del 40,4% al 37,6%) que del formal (13,5% al 12,6%) Una región con potencial digital. Si bien Africa Subsaharia­na fue la región que denotó el mayor porcentaje mundial de adultos con cuentas de dinero móvil (21% de los adultos, casi el doble que en 2014), América Latina se muestra prometedor­a en cuanto potencial digital.

En la región, el 55% de total de adultos declaró tener un teléfono móvil y acceso a internet, 15% por encima del promedio en las economías emergentes. A su vez, el ratio de adultos con cuentas de dinero móvil se incrementó notablemen­te pasando del 1,7% al 5,3%. El 18,8% de los bancarizad­os informó utilizar un teléfono celular o internet para acceder a su cuenta.

La proporción de adultos que tie- nen cuenta y usan el celular o internet para operar a través de ella es aún mayor para economías específica­s. Se destacan Brasil (18%), Argentina (20,5%), Costa Rica (26%), Haití (30,1%) y Venezuela (40,2%). De igual modo, en países como Bolivia, Brasil, Colombia, Haití y Perú se efectuaron o recibieron hasta un 8% más de pagos digitales que en 2014. Reflexione­s finales. En su evento de lanzamient­o, el Banco Mundial destacó específica­mente el potencial digital de la región. Sostuvo que hasta 30 millones de adultos no bancarizad­os en América Latina podrían volverse titulares si las empresas en donde trabajan digitaliza­ran el pago de sus haberes. También destacó el hecho de que casi el 90% de ese grupo declare tener un teléfono celular.

Como puede obser va rse, aún resta mucho por hacer en términos de inclusión financiera global y regional. El gran corolario del Global Findex 2017 realizado por el Banco Mundial es apostar a la digitaliza­ción financiera para lograr inclusión; América Latina se encuentra alineada.

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