JUSTICIA PODRIDA
—No. No íbamos a hacer una comida política. No fue el caso. María Eugenia llegó y era la luz que me está enfocando ahor a, una mujer toda de blanco, bella, carismática, con una sonrisa... Lo primero que hice fue presentarles a mis dos empleadas. Nadie estaba en el pedestal. Nadie estaba en su rol artístico, todo el mundo estaba siendo quien es, Mauricio (Macri), Juliana (Awada), Marcelo (Tinelli), Adrián (Suar), Guillermina (Valdes). —Sin dudas, lo peor de este gobierno fue la comunicación, pésima comunicación. Hace poco pensaba y dije “cómo esto no lo cuentan…”. —No. Estuve afuera. Si estaba, iba. Yo soy muy de las marchas. A mí me conmueven mucho las cos as multitudinarias, sean por dolor o sean por alegría. —No te i magino Marcela yendo a una marcha de camioneros convocada por Moyano. —No, porque no entiendo de ese tema. Pero sí voy por el Mundial, a la parte de la alegría. estaba. Yo había pasado un momento difícil, había cortado con un novio, esas historias que sufrimos tanto las mujeres, y él me escribió eso porque yo estaba viajando y me lo había dejado en mi casa, y me conmovió mucho que haga eso.
Marcela tuvo un primer matrimonio con Ignacio Viale, padre de Nacho (35) y Juanita (34), y su segundo gran amor es Marcos Gastaldi, el padre de Rocco (14). “Fui re afortunada en el amor. Re amada. Fui también dejada pero re amada. Y me siento una mujer amada, siempre”.
—¿Cómo lo viviste cuando te dejaron?
—Tenía otro rápidamente.
—¿De una rama pasabas a otra?
—Sí. Reemplazaba rápidamente.
—O sea, no sufriste tanto...
—Sí, sufrí por —Siento que hay algo que está funcionando, creo que salimos del letargo de doce años, y me pareció brillante el discurso de Macri cuando abrió las sesiones en el Congreso que no habló del pasado, no habló del gobierno anterior. —Podrida, muy podrida. —No veo mucho. Dejé de hacer televisión por miedo a las redes. No era canchera, realmente me hacía mal. Hasta que un día Nacho me dijo: “Mamá, si no estás en las redes no podés hacer más televisión”. Y bueno, así empezamos. . amor, sufrí, pero tengo un don y aparecen.
—Tu madre patentó la frase “mierda, carajo”. ¿Vos tenés alguna?
—Tengo. No es una frase, es una palabra que no sé definirla: “Pochito”. Esta jarra es “pochita”, no es nada, es triste, es caída, no tiene gracia, no tiene estética, de mal gusto. Lo uso para todo.