Las obras públicas fueron uno de los ejes centrales de la campaña electoral de 2017. Solo para transporte, vivienda y agua potable y cloacas se destinaron $ 512 millones por día entre abril y octubre del año pasado, según reveló PERFIL.
De hecho, la gestión, para Mauricio Macri, fue clave también en la Ciudad para poder “vender” en el interior del país.
En este contexto, la agenda que había comenzado a preparar la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Fernando de Andreis, suponía una gran cantidad de visitas a obras en ejecución o ya terminadas listas para inaugurar en al menos 20 de las 24 provincias del país.
En el Gobierno ayer explicaban que, como no se darán de baja aquellas que ya están en ejecución, ig ualmente hay un buen margen para mostrar gestión de parte del Presidente en su camino hacia un probable intento de ser reelecto.
Aunque no se trata de un año electoral, la merma en los fondos para las obras podría impactar, a futuro, en el electorado que en 2019 deberá decidir si Cambiemos continúa en el poder.
También en la provincia de Buenos Aires la obra pública fue clave para la gobernadora María Eugenia Vidal en su travesía electoral: el Ministerio de Infraestructura, a cargo de Roberto Gigante, destinó el año pasado $ 75 millones por día en todo tipo de municipios en la recta final de la campaña. El plan del gobierno provincial incluyó el “shock de asfalto”, en una licitación en tiempo récord por $ 2 mil millones en 15 municipios del conurbano bonaerense.