Con poco poder de fuego, la CGT se conforma con protestas ‘originales’
Sin consenso para una medida masiva, los gremios tomarán turnos para manifestarse de forma colorida. Acordaron elegir nuevas autoridades para la central el 22 agosto.
Caretas, carretillas y billetes falsos de 5 mil pesos con la cara del ministro Juan José Aranguren irrumpieron ayer en calles del centro porteño. El despliegue realizado en la protesta de la CGT contra las tarifas marcará el tono de las acciones de la central duran- te las próximas semanas.
El consenso entre los diversos sectores de la conducción cegetista es que cada semana haya una nueva expresión de protesta sindical que apele a la originalidad antes que el repertorio clásico de acciones, como las movilizaciones masivas y los paros.
Trabajarán con los legisladores peronistas para discutir la reforma laboral.
La idea es que diferentes sectores de la actividad tomen la iniciativa cada semana, y que el resto de los gremios ofrezcan su apoyo. La próxima semana llegaría el turno de la construcción, tras una movilización que ayer surgió de la iniciativa de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que lidera Juan Carlos Schmid, y la Juventud Sindical, de Juan Pablo Brey.
Por ahora, no hay consenso para una medida de fuerza más contundente. Sin embargo, no se excluye una escalada. Algunos especulan con que un eventual veto a una ley sobre las tarifas podría ser la ocasión para plantear un nueva paralización de la actividad.
Durante la reunión del Consejo Directivo de la CGT este jueves, se trazó esta estrategia y se alcanzó un acuerdo para dejar de lado –o al menos mantener lejos del ojo público– las disputas internas que habían minado a la conducción tripartita de la central desde diciembre último. Ya hay un acuerdo para que el Congreso cegetista que elegirá nuevas autoridades se realice el próximo 22 de agosto, pero el llamado formal deberá concretarse entre sesenta y noventa días antes de la fecha elegida.
Otro eje de trabajo será el contacto con los legisladores, especialmente los peronistas, para discutir tanto el tema de las tarifas como la reforma laboral que impulsa el oficialismo. La presentación hace una semana de tres proyectos causó fuerte malestar. “Ni siquiera a los que tenemos mejor diálogo con el Gobierno nos llegó un aviso previo, nos enteramos por los diarios”, explicó a PERFIL un jefe gremial de primera línea identificado como parte del ala dialoguista de la central.