Macri y sus ministros se quedan sin el sueño del Mundial de Rusia
La guerra fría entre Rusia y las potencias occidentales no alteró los planes mundialistas de Mauricio Macri. La corrida bancaria local, en cambio, sí lo hizo. Pese a haber anunciado que iba ver a la selección argentina en Rusia, más el partido de la final en Moscú, el Presidente se vio obligado a cancelar su presencia anticipadamente. Ante la crisis económica y financiera en marcha, Macri se perderá la oportunidad de mostrar su costado futbolero y descontracturado.
Sus funcionarios, muchos de los cuales habían ido al Mundial de Brasil en 2014, también quedaron forzados a verlo por T V. Así, Carlos Menem seguirá siendo el último presidente en ir a un Mundial. Hace 28 años, el riojano vio perder a la selección argentina ante Camerún, en Italia 90. En Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, los Kirchner prefirieron no estar.
“Hay 99% de probabilidades de que no vaya”, afirmó un vocero presidencial. La suba del dólar, las quejas por los tarifazos, el ajuste y la negociación a las apuradas con el FMI lo incitaron a evitar ese tipo de exposición. Semanas antes, otra situación había puesto en duda su presencia en Rusia: la escalada del conflicto diplomático entre Rusia y más de 20 países, incluido el intento de boicot al Mundial por parte del Reino Unido. El gobierno argentino, sin embargo, optó entonces por mantenerse al margen.
Pese a la tensión entre Rusia y las potencias de la OTAN y la Unión Europea, Cambiemos se focalizaba en el fútbol: apostaba a que una buena performance de la Selección, con Macri en cancha, se tradujera en un mejor humor social.
“Vamos por todo. Y si llegamos a la final, vuelvo”, le había planteado Macri al presidente ruso, Vladimir Putin, durante una visita en enero. Habitué de los chistes futboleros para romper el hielo en las reuniones con otros presidentes, Macri ganó conocimiento desde la presidencia de Boca. De la mano de esa vidriera exitosa, el ex empresa-
Hace 40 días había arengado por la radio a ir “con alegría y optimismo”
rio construyó lo que le faltaba para pegar el salto electoral: un perfil popular. De ahí pasó a la Jefatura de Gobierno porteño, como escala previa a la Casa Rosada.
Los planes del Presidente eran alentar en vivo al equipo dirigido por Jorge Sampaoli, en los dos primeros partidos, contra Islandia y Croacia. Y a su vez tenía agendado ver la final en el estadio Olímpico Luzhnikí de Moscú.
Hace 40 días, desde unas minivacaciones en Chapadmalal, Macri había arengado por la radio: “Tenemos que ir con entusiasmo, con ganas, con alegría y optimismo. Confío en que vamos a hacer un gran Mundial”. El clima político cambió casi de golpe, y Macri debió recalcular.