Perfil (Sabado)

Documentos de la CIA revelan que la dictadura en Brasil autorizó ejecucione­s

- AGENCIAS

La sociedad brasileña sumó un elemento más a la convulsión que vive en las últimas semanas al revelarse una serie de documentos de la CIA que muestran que el dictador Ernesto Geisel, que gobernó entre 1974 y 1979, autorizó la ejecución de opositores.

Contemporá­neamente a otros procesos dictatoria­les del continente, como el de Chile o la Argentina, los gobernante­s de Brasil también tuvieron una política que incluyó el asesinato y desparació­n de quienes no adherían a las políticas gubernamen­tales.

Dictadura. Geisel fue el penúltimo jefe de Estado de facto antes de la vuelta de la democracia en Brasil. El militar había participad­o activament­e en la conspiraci­ón que derivó en el derrocamie­nto de Joao Goulart (1961-64), el último presidente civil antes del régimen castrense que se prolongó durante más de dos décadas.

“El presidente Geisel autorizó la ejecución” de adversario­s políticos, destacaron ayer en primera plana los principale­s diarios del país. Ernesto Geisel tenía una reputación de enfrentars­e con la línea más dura del régimen. Pero aún, las ejecucione­s fueron una política de Estado durante su gobierno.

Según el documento, reve- lado por el coordinado­r del centro de Relaciones Internacio­nales de la Fundación Getúlio Vargas (FGV ), Matias Spektor, Geisel le dijo explícitam­ente al jefe del Servicio Nacional de Informacio­nes (SNI), Joao Baptista Figueiredo, quien le sucedería en el cargo, que las ejecucione­s debían continuar. El informe desclasifi­cado de la CIA data de 1974 y está firmado por el entonces director de la Central de Inteligenc­ia estadounid­ense (CIA), William Colby, y dirigido al secretario de Estado Henry Kissinger.

Tras su difusión, fue considerad­o como “perturbado­r” por los analistas políticos del país vecino.“El 1º de abril [de 1974], el presidente Geisel le dijo al general Figueiredo que la política [de eliminació­n de disidentes] se proseguirí­a, pero que debía tomarse cuidado para estar seguros de que solamente los subversivo­s peligrosos serían ejecutados”, apunta el informe.

Sin Justicia. Brasil es de los pocos países del continente que no juzgó a sus represo- res. “Nunca tuvimos en la mano un documento en el que realmente estuviese escrito: ‘Vamos a ejecutar’. [Los militares] siempre dijeron que las ejecucione­s eran casos aislados”, denunció Vera Rotta, secretaria de Derechos Humanos durante los gobiernos de Lula, que coordinó un amplio informe sobre la represión. Tras abandonar el poder en 1979, Geisel se dedicó a actividade­s empresaria­les. Murió, sin ser juzgado, a los 90 años, tras padecer cáncer y una afección pulmonar.

“Nunca tuvimos hasta ahora un documento en que los militares digan que iban a ejecutar”

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CEDOC PERFIL El penúltimo jefe de Estado de facto ordenó que continuase la eliminació­n de disidentes. GEISEL.

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