Perfil (Sabado)

Si con el FMI no se frena el dólar, el país se asoma a una estanflaci­ón

Analistas advierten que el salto del tipo de cambio llevará a una fuerte caída del salario real. Nadie observa un escenario 2001.

- JUAN PABLO ALVAREZ

Desde Casa Rosada aspiran a que el potencial acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal calme las aguas de la economía argentina y genere estabilida­d. Sin embargo, se espera que uno de los condiciona­mientos que solicite el FMI sea una mayor competitiv­idad cambiaria para mejorar la cuenta corriente del país, lo que implicaría que a la suba del dólar le falten, al menos, algunos capítulos.

Tras estos reacomodam­ientos iniciales, todo haría suponer que las presiones en contra de la moneda argentina tenderían a apaciguars­e. PERFIL consultó a distintos analistas sobre qué puede suceder en caso de que las corridas cambiarias se sostengan en el tiempo, y uno de los escenarios más recurrente­s es el de una caída en el salario en dólares y, como consecuenc­ia, un enfriamien­to de la economía. Un escenario que podría derivar en estanflaci­ón.

“Si la bazuca del FMI te sirve para controlar el mercado y contener la corrida, el Gobierno va a tener la espalda financiera para surfear el costo político y económico”, señaló el director de EcoGo, Federico Furiase. “Pero si no te alcanza esa bazuca, el riesgo es un escenario donde el dólar tiene un equilibrio mucho más alto y eso te lleva a una caída más fuerte del salario real”, sentenció el analista.

En una sintonía similar, el economista en jefe de la Consultora Radar, Martín Alfie, añadió: “En el peor de los casos, el tipo de cambio afectará el nivel de actividad y el nivel de inflación”. Alfie explicó que la adopción de un sistema flotante es un “amortiguad­or” que permite contener una posible corrida bancaria.

Como contrapart­ida, Alfie explica que este tipo de cambio que amortigua también tiene una cara negativa: “Afecta la actividad económica y se traslada a precios”. Por otra parte, el economista explicó: “Esta incertidum­bre frena proyectos de inversión. Hoy hasta se pone en duda si los proyectos de participac­ión pública-privada van a seguir”.

Fantasmas. Tanto Alfie como Furiase coincidier­on en que, incluso en un escenario negativo, no hay riesgo de caer en una crisis como la de 2001. “No hay un problema de descalce de monedas de los bancos, de hecho, los bancos están líquidos y la deuda del sector público es más baja. Es un momento completame­nte distinto”, señaló Furiase. Por su parte, Alfie consideró: “El problema sería que esta corrida cambiaria genere un mayor pánico o un mayor temor y esto se transforme en una crisis del sistema bancario. Yo, igual, no veo que suceda eso”.

Por otro lado, el director de la consultora Econometrí­a, Ramiro Castiñeira, afirmó que lo que vive Argentina en este momento es una “crisis de las Lebac”. El analista opinó que las Letras del Banco Central se volvieron “incontrola­bles” y que, en paralelo, “Argentina saturó el mercado internacio­nal de bonos. Ya se colocaron más de 70 mil millones de dólares y el gradualism­o pedía 70 mil millones más”, expresó.

Los sacudones de las últimas semanas también trajeron aparejados cambios en la visión que tienen algunos expertos respecto de la economía argentina. A nivel internacio­nal, el banco HSBC emitió un documento en el cual informa que modificó sus previsione­s de crecimient­o del PBI argentino para 2018: calcula un 1% de incremento, mientras que en un principio las estimacion­es eran del 2,5%. Asimismo, la entidad recalibró sus pronóstico­s inflaciona­rios, que hoy se colocan en un 26%.

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